Cultura y Tradición a través de Imágenes

«La formación de un profesional no acaba con un título, sino que sigue desarrollando toda su vida, y sería una pena que las generaciones futuras no aprovecharan este bagaje»

Antiguos alumnos. Dos palabras que combinadas evocan pequeñas reuniones en las que rememorar batallitas de juventud. Nada más lejos de la realidad. Y es que si escuchamos atentamente las palabras de Tomás Zamora, empresario de éxito, descubriremos que su última aventura, ser presidente de la Asociación de Antiguos Alumnos de la Universidad de Murcia, es algo mucho más serio de lo que parece. Su intención, convertir esta iniciativa en una plataforma para difundir aquello que no se aprende en los libros: la experiencia profesional.

- ¿De dónde surge la idea de crear esta asociación y que filosofía la inspira?

- La idea es simple. Lo que diferencia a unas sociedades de otras en el plano competitivo es el conocimiento ¿Y cual es la principal entidad de difusión de conocimiento en la Región de Murcia? Su universidad. Por ello, desde la nueva Asociación de Antiguos Alumnos lo que queremos es ayudar a que nuestros conocimientos reviertan en la sociedad a través de esta institución, de forma que se generé un bienestar colectivo para el futuro. No hay que olvidar que la formación de un profesional no acaba con la consecución de un título, sino que se sigue desarrollando durante toda su vida, y sería una pena que las generaciones futuras no pudieran aprovechar este bagaje. De esta manera, también queremos favorecer, en cierto modo una cultura de mecenazgo.

- ¿Este proyecto está cargado de buenas intenciones pero me suena excesivamente abstracto. ¿Cómo se traduce en la práctica?

- Para empezar, queremos crear una base de datos en la que se recojan todos los currículos y perfiles profesionales de nuestros asociados. Esta información puede ser muy útil a la hora encontrar a la persona más adecuada para acometer las diferentes iniciativas que se estén siendo tenidas en consideración, tanto por la propia universidad como por los propios ex alumnos. Así, se facilita tanto la contratación de personal cualificado, como la colaboración o el asesoramiento de profesionales experimentados en diferentes proyectos de investigación o la correcta organización de diferentes cursos y masters, de forma que cubran necesidades reales existentes en la sociedad. Evidentemente queremos crear un intercambio de conocimientos y de prestaciones recíproco, que beneficie tanto a la institución como a los sujetos interesados. Por eso fijaremos ciertos incentivos, para que la gente apoye la iniciativa.

- Su propuesta redunda en uno de los objetivos de la reforma de Bolonia, una mayor apertura de la Universidad a la empresa privada. Sin embargo, hay mucha gente que recela de esta vinculación porque considera que supondrá la pérdida de la autonomía universitaria.

- Para mí, esto no es más que un tópico que genera un miedo injustificado. Esta apertura constituye toda una oportunidad para formar a los mejores profesionales posibles. Hay que generar ilusión y no derrotismo. Si señalamos esto, hemos de decir que la universidad se encuentra limitada incluso políticamente, ya que las propias dotaciones presupuestarias tienen un carácter finalista. No obstante, yo siempre defenderé la independencia de la institución por encima de todo.

- Suena todo muy profesional, pero ¿las actividades de la asociación no tienen también una parte lúdica?

- Claro que sí. Queremos facilitar el contacto entre los miembros de cada promoción, y habilitar diversos foros de encuentro para que los antiguos intercambien ideas en relación a diversos ámbitos. Además queremos alimentar diversos espacios culturales y que rubricar acuerdos con la universidad para facilitar la práctica de deporte en sus instalaciones. No obstante, el borrador de actividades todavía esta por probar. Tenga en cuenta que aprobamos los estatutos hace muy poco.

Fisgoneado en La Verdad.