He comprobado que es posible para los humanos comunicarse telepáticamente con los animales, incluso con las avispas y abejas.
A Manuela Ayala Juan, profesora de Prehistoria de la Universidad de Murcia, le encantan los animales, especialmente los gatos. Ha participado en numerosas excavaciones arqueológicas en los distintos yacimientos de la Región y en la actualidad está preparando un interesante libro sobre perros y gatos, en colaboración con la profesora de Historia Sacra Jiménez Lorente. En el libro aportarán interesantes investigaciones realizadas sobre los animales domésticos desde la arqueología hasta la actualidad. Incluirán un estudio, a través de biografías y obras, sobre el amor que grandes artistas y literatos de todos los tiempos han sentido por sus perros y gatos.
- ¿El hombre prehistórico tenía perros y gatos domesticados?
- A través de la arqueología sabemos que hace catorce mil años ya existían perros domesticados. El primer esqueleto completo de gato doméstico del que tenemos noticia apareció en Chipre. Su antigüedad se remonta a nueve mil trescientos años. Pero en la Sierra del Segura existe un panel de pintura rupestre, que es un canto al ciclo vital de la vida del gato. Curiosamente son siete, número mágico, los gatos pintados, y junto a ellos está representado un búho real. Todo indica que el hombre prehistórico conocía perfectamente la costumbre de los gatos y la vinculación de mutua ayuda y protección existente entre ambos animales, al complementarse en sus hábitos y necesidades.
- ¿Cree que el hombre prehistórico amaba a los animales?
- Sí. Los amaba y respetaba mucho más que el hombre actual. Se han encontrado restos de egipcios prehistóricos que llevaban la cabeza de un perro tallada en silex al cuello, como amuleto de protección personal. Durante la prehistoria el hombre tenía un gran respeto por la naturaleza. Mataban solo por necesidad y adoraban a sus animales domésticos. Los gatos tuvieron un carácter sagrado para egipcios y romanos. En Egipto momificaban a los animales, queriendo preservarlos para la eternidad como a los humanos. Incluso tenían una gata como deidad. Lo inconcebible es lo que se hace con los animales en España. A mi me duele y me sorprende ver animales abandonados, ahorcados y maltratados por sus dueños, cuando son criaturas que se vuelcan en darnos cariño, y prestarnos grandes servicios.
-¿Cuándo se despertó en usted ese cariño por los animales?
- Especialmente a raíz de una operación que sufrí y que me tuvo postrada mucho tiempo en la cama. Una gata venía todos los días y se quedaba conmigo haciéndome compañía el tiempo que estaba sola. Sentí que el animal me comprendía. Después he comprobado que es posible comunicarnos telepáticamente con los animales. Incluso con avispas y abejas. Un día encontré en el suelo una abeja medio moribunda. Le acerqué mi dedo y le dije: vente, que te voy a llevar a un jardín lleno de flores. Se posó en mi mano y así la trasladé varias calles hasta poder cumplir mi promesa. Muchas veces he cogido insectos con las manos y nunca me han picado porque existe una comunicación telepática de afectividad que entienden bien.
-¿Qué hace con los bichos que suelen aparecer en las excavaciones?
-Habitualmente encontramos tarántulas, serpientes y escorpiones. Nunca matamos ninguno. Únicamente los trasladamos de sitio con todo respeto. El hombre es el rey del Universo y estamos aquí para ayudarnos y ayudar a todo ser viviente, no para matar por placer o por dinero.
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