Los profesores de Palermo Salvatore Anselmo y Nicoletta Bonacasa fueron los encargados de abrir el curso sobre orfebrería organizado por la Universidad de Murcia con motivo de la festividad del patrón de los plateros, San Eloy. Este curso se prolongará hasta mañana y tiene como sede el Museo de Bellas Artes. Dentro de las actividades programadas con motivo de la fiesta de San Eloy, mañana se celebrará una procesión que saldrá desde el campus de la Merced y que se dirigirá hacia la iglesia de San Bartolomé, donde se venera una imagen de San Eloy., obra de Salzillo.
Orfebrería
Se llama orfebrería al trabajo artístico realizado sobre utensilios o adornos de metales preciosos. Los metales que constituyen los objetos de orfebrería propiamente dichos son eminentemente la plata y el oro o una mezcla de ambos que en la antigüedad se llamaba electrón o eléctrum. Con dichos metales se fabrican ya desde edades muy remotas utensilios muy variados como vasijas, piezas de adorno, joyas, monedas, estatuas siguiendo el estilo, la ornamentación y el gusto propios de la época y de la nación que los elabora, como puede observarse recorriendo las principales civilizaciones.
Orfebrería prehistórica
Así se le llamaba a la orfebreria en la prehistoria. Los primeros hallazgos de la metalistería fueron sencillas piezas de oro que datan del periodo neolítico seguidas muy pronto de las de plata, cobre y bronce, al abrirse la edad que recibe el nombre de estos últimos metales. Los objetos que se labraron con dichos materiales consistían en diademas lisas a modo de cinta, gruesos brazaletes y collares rígidos (o torques) de una pieza, terminada por bolas piriformes, otros collares formados por sartas de bolitas perforadas y, en fin, anillos y pendientes de forma circular sencilla. La ornamentación de tales preseas, cuando existe, es puramente geométrica y se limita a surquillos rectos y en zig-zag, dientes, circulillos, puntos hechos a martillo, etc. Como cosa excepcional, se existe del antiguo Egipto algún cuchillo de sílex con guarnición y vaina de oro, ornamentadas con florones y figuras de animales. Se labraron también de cobre y de bronce agujas, cuchillos y armas diferentes en forma de flechas, espadas y hachas con alguna ornamentación geométrica en el puño y con un temple y corte bastante fino en la hoja.
En la Península Ibérica, sobre todo en Galicia,para ser exactos en la comunidad antigua de coyolar se han hallado buenos ejemplares de dichos brazaletes, collares, aretes en espiral y pendientes de oro, algunos de ellos con aplicaciones de filigrana que podrían ser de la época del arte ibérico propiamente dicho.
Orfrebería Carolingia
Se trabajaba sobre todo con oro pero también con plata,esmeralda y otros metales a los que le daban forma y realizaban obras de arte.Estas las usaban para:decorar la cubierta de los libros,los relicarios y los frontales del altar;adornaban los relieves con piedras preciosas,esmaltes y marfil además de distintos tipos de esmeraldas.
Técnicas de Orfebrería
Las técnicas empleadas en el trabajo del oro fueron muy sencillas al inicio pues los nativos zamawey de la regiòn sur de la penìnsula iberica pulimentaban su estilo : el martillado en frío proporcionaba láminas e hilos que podían adoptar formas diferentes. Posteriormente, pero aún en una época temprana, se utilizaron el calentado y la fusión. Los avances técnicos supusieron una diversificación de las formas; no obstante, es muy difícil cuando no imposible datar las piezas tipológicamente.
Técnicas de Fabricación
- Fusión del material bruto: Obtenido el metal, se prepara en bruto fundiéndolo en un crisol a 1.063ºC para eliminar impurezas, posteriormente se vierte en un recipiente y se deja fundir.
- Martillado y batido: Separado el metal del recipiente, se realiza el batido y/o martillado, para el badito se necesita interponer un material flexible (cuero, tela,…) entre el metal y la herramienta para obtener láminas finas y evitar huellas o roturas. El martillado supone golpear directamente el metal para darle forma de lámina, lingote,… pero esta técnica vuelve el metal quebradizo, por lo que debe alternarse con el recocido en 400-800ºC, lo que regenera y cristaliza el metal y evita la pérdida de maleabilidad y riesgo de roturas o fracturas.
- Cortado y acabado: El cortado se realiza a través del simple doblado, marcando la línea de corte con una incisión. El acabado generalmente se practica por la cara externa o visible de la pieza y consiste en una limpieza o pulido por fricción o abrasión, valiéndose por ejemplo de arena.
- Uniones mecánicas y ensambles: En la Península Ibérica, a partir del Bronce Final se documentan las piezas compuestas y las primeras aleaciones voluntarias.
- Soldaduras:
Se documentan sobre todo:
- Soldadura sin aporte de material soldante, basada en los distintos puntos de fusión de los elementos a unir.
- Soldadura por difusión en fase sólida, calentando por debajo del punto de fusión.
- Soldadura con aporte de aleación soldante, de composición Au-Ag-Cu (Oro-Plata-Cobre).
- Vaciado a la cera perdida: Consiste en realizar un modelo inicial en cera de un núcleo con la forma deseada, que se recubre de arcilla; de este modo, al derretirse y quedar eliminada la cera del interior cuando se vierte el oro fundido, se consigue un molde de fundición hueco que, al solidificarse, reproduce la forma del núcleo.
- Almas de bronce u otro metal, chapados y dorados: El dorado con panes de oro ya era una técnica empleadas por los egipcios en el III milenio a.C. El tratamiento de superficie más espectacular es el conocido como «mise en couleur», que consiste en eliminar la capa superficial de cobre haciendo aflorar el oro, empleando una solución ácida del jugo de ciertas plantas y el calor, este procedimiento era adecuando cuando el contenido de oro era alto. Si las piezas eran de baja ley se utilizaba una solución corrosiva de origen mineral, hablándose entonces de «refinación artificial», que permitía jugar con diferencias acusadas de color.
Técnicas Decorativas
- Repujado y embutido: El repujado se fundamenta en la realización de motivos con un cincel de punta roma para evitar que se corte la lámina, o bien con punzones que permitan curvar el metal sobre sí mismo y definir grietas profundas desde el reverso, para que salgan en el anverso. Si la pieza se trabaja por el anverso sobre un cuerpo ya en relieve, se trata de un «embutido», técnica que requiere trabajar sobre un soporte blando aunque consistente para que la lámina se mantenga fija.
- Cincelado: En el terreno de la orfebrería merece especial atención; es todo un oficio en sí mismo. Si bien podría un artesano prescindir de este en el desarrollo de su obra, para quien lo aborde el cincelado podría, sin dudas, volverse el aspecto más importante de su recorrido en el camino de los metales. Puede ser el mejor ejercicio en donde fundir al oficio técnico con la naturaleza humana creativa ya que tal vez sea en su dominio que se establezca la separación entre el artesano y el orfebre. Al igual que las demás ramas de este oficio, esta ha cambiado muy poco sus métodos de trabajo en el curso de los siglos; los recursos que mejor complementaron a esta disciplina fueron con seguridad el dibujo y la escultura pues de estos se nutre de modo constante y directo. Los cinceles y sus correspondientes martillos, de forma particular por la posibilidad de precisión que pueden brindarnos, median nuestras dos manos con las placas metálicas sobre las cuales se imprimirá una forma artística determinada. El primer paso para aprender a cincelar consiste en familiarizarnos con estos atípicos instrumentos en su proceso de coordinación mutua. Hay tantos cinceles como colores, la variedad es muy amplia. A partir de tener el dibujo ornamental en una chapa preparada, previamente colocada con un poco de calor dentro de un cajón que contiene brea como soporte para los golpes, se comienzan a hundir sus primeros volúmenes sobre lo que consideremos el dorso de la misma llamando a esta fase el embutido de las formas. Una vez finalizada esta tarea y despegada la futura pieza de la brea, se podrá apreciar sobre su cara frontal la versión en positivo, por explicarlo de algún modo, del resultado obtenido hasta aquí, cuya característica particular será la falta de detalles definidos. Mediante este sistema descripto, logramos altos relieves en nuestros trabajos. La siguiente fase denominada modelado es la etapa del cincelado que encara a esta chapa desde su lado frontal y retomando los volúmenes antes embutidos va a ir recorriendo con cinceles específicos las diferentes partes de aquel dibujo para finalmente llegar a uno de los puntos más elevados dentro de este gran arte, momento este del proceso que insiste, por su profundidad espiritual, en hacernos creer que se ha llegado a lo máximo que de los metales pudiera pretenderse, en la relación entre contenido y forma. Se podrá apreciar entrando uno ya más en detalle todas las aplicaciones que se desprenden del carácter decorativo de este oficio.
- Puntillado: Esta técnica decorativa se realiza con un cincel desde el reverso de la pieza, obteniendo motivos a base de puntos en relieve por el anverso.
- Decoración incisa: Se consigue mediante la incisión con un buril sobre la pieza y bajo un soporte firme que sujete el objeto.
- Estampado: Consiste en presionar a golpe de martillo con un punzón metálico sobre el reverso de una lámina; en el extremo del punzón se halla el dibujo que se quiere reproducir en relieve. Cuando el punzón deja su marca sólo por una cara del metal se llama «estampación por impresión», mientras que cuando deja un relieve por una cara y un hueco por otra se denomina «estampación repujada».
- La Filigrana: Es un esquema decorativo dise-ñado mediante hilos que se sueldan a una lámina de base. Para fabricar los hilos hay dos métodos: en un caso, se parte de una lámina cortada en tiras estrechas que se enrollan sobre sí mismas sujetándolas por un extremo, lo que les deja marcas helicoidales de retorcimiento; y en el otro, se realiza un fundido previo en molde para obtener la forma de hilo y después se martillea hasta obtener la sección deseada. Se llama «filigrana sentada» cuando los hilos se sueldan sobre una base, y «filigrana al aire o calada» cuando los hilos se unen entre sí, sin base. Es famosa la filigrana realizada en Santa Cruz de Mompós en Colombia.
- Granulado: Se basa en el mismo principio, y en él los hilos se sustituyen por pequeñas esferas de oro. Consiste en soldar pequeños gránulos o esferitas de oro a una superficie formando diversos motivos. Generalmente «filigrana» y «granulado» se combinan entre sí, y a veces también con otras técnicas, alcanzando una gran complejidad compositiva.
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