Cultura y Tradición a través de Imágenes

«La medicina se ha deshumanizado. Ya no tratamos con enfermos, ahora somos técnicos que tratan con enfermedades»

Lidiar cada día con el dolor y el sufrimiento de un enfermo de cáncer es una tarea ardua para la que no todos estamos preparados. En cambio, para Juan José Valverde supone el más gratificante de los esfuerzos, ya que, como el mismo dice, «le permite sacar lo mejor de si mismo». Este médico, miembro del servicio del Oncología de La Arrixaca, no es de los que se achantan a la hora de comprometerse emocionalmente con sus pacientes. Por esto, y por mucho más, participó la semana pasada en Murcia en las IV Jornadas de Psico-oncología, con las que la Asociación Española Contra el Cáncer pretende facilitar la labor de todos los que se implican en esta dura lucha

- La psico-oncología parece una herramienta fundamental a la hora de tratar un cáncer. No en vano, se suele decir que tener una convicción ciega en la propia curación es una condición sine qua non para superar esta enfermedad.

- Es cierto que la confianza en el tratamiento suele ayudar a una evolución favorable del paciente. Por ello es fundamental brindarle todo el apoyo posible. No hay que olvidar que el cáncer es una amenaza tremenda para la que nadie está preparado. Todos los enfermos pasan por una serie de estados emocionales, pero ante todo, siguen siendo personas, con su propio carácter y personalidad, valga la redundancia. Por ello, los psicólogos deben ayudarles a encontrar su propio camino a la hora de afrontar esta dura situación.

- Su conferencia durante estas jornadas hablaba del valor de la compasión. Sin embargo, ¿lo último que desea un enfermo de cáncer no es que se compadezcan de él?

- El problema es que, por nuestra tradición occidental, entendemos mal el significado del término compasión. Normalmente la identificamos con un sentimiento de pena o lástima carente de implicación con el sufrimiento del enfermo. En cambio, según la tradición oriental, la compasión es un compromiso con el dolor de paciente. Es la capacidad de dar amor a quien lo necesita.

- Sí, pero en la práctica, ¿cómo se consigue animar a alguien que empieza a temer por su vida?

- Ante todo es fundamental que exista una comunicación. No basta con transmitir información sino que debe haber un contacto con sus sentimientos. Sólo es posible abordar sus emociones si se comprenden.

- ¿Están todos los médicos preparados para esta tarea?

- Nuestra formación, desde luego no lo contempla, Se aprende con la experiencia , y algún que otro posgrado. De todas formas, no todos estamos capacitados para ello. Por eso es fundamental la labor de los psicólogos. Al final, un trabajo en equipo entre todos los profesionales implicados y los propios familiares es fundamental.

- De hecho, usted ha dicho alguna vez que la medicina está cada vez más deshumanizada.

- El problema es que nos hemos olvidado de la medicina clásica y ya no tratamos con enfermos. Ahora somos técnicos que tratan con enfermedades. La técnica no debe anular a la persona.

- Pero, después de ver tanto dolor, ¿uno no se acaba inmunizando?

- La verdad es que no es mi caso. Estas experiencias enriquecen mucho. En el momento de la muerte, todos somos sabios. En esos instantes, la gente comienza a apreciar todas las cosas buenas que ha hecho durante su vida y busca el perdón por todo lo malo. Por ello, ayudar a morir a una persona te puede enseñar mucho.

- Recientemente, una niña inglesa enferma de leucemia ha rechazado un trasplante de corazón. ¿Qué le parece que alguien tan joven se resigne y pierda las ganas por vivir?

- Es difícil establecer juicios sobre un caso que no conozco de primera mano pero, por lo que sé, esa niña ha vivido un proceso largo y se encuentra en una situación complicada, en la que ningún tratamiento le asegura la curación. Debemos asumir que el concepto de la muerte no es malo de por sí. Hay situaciones en las que morir es mejor que vivir y la muerte supone una liberación.

Fisgoneado en La Verdad.