Cultura y Tradición a través de Imágenes

Mañana tarde inaugura en la sala de la CAM su exposición 'Paisajes y bodegones'.

Se define como un pintor realista que intenta dejar su sello personal, y hacer distinto el paisaje que pinta. Pero, antes de ese realismo artístico, vivió una realidad que fue la que le llevó al mundo de la pintura: pintar coches en el taller de su padre, un hombre exigente que obligaba a sus hijos a que, llegado el momento de las vacaciones, trabajasen como cualquier obrero. Respaldado hoy por numerosos y reconocidos premios, así empezó su encuentro con la pintura Pérez Casanova, quien, en la sala de la CAM, en la Glorieta de España, presenta mañana una exposición de óleos titulada Paisajes y bodegones. En ella ha buscado «recrearme en los temas elegidos, quedarme con la esencia y despreciar motivos supérfluos».

-No deja de ser curioso ese encuentro suyo con la pintura.

-La verdad es que mi interés se fue acentuando, porque llegaba el panadero, y me pedía que le pintase el coche y, que, además, le dibujase en la puerta un rótulo con el nombre de su panadería y una barra de pan. Lo hacía encantado, porque, durante bastante tiempo, me sumergí en ese tema de los rótulos manuales. Cada día me exigían más. Y de ahí surgió la necesidad de aprender a dominar mejor el dibujo y la pintura.

-Pero pintar esos cuadros siendo un pintor autodidacta...

-No. Le estoy contando el principio. Luego, aunque había pensado estudiar ingeniería, me di cuenta de que lo que de verdad me atraía era la pintura. Por eso estudié en la Escuela de Artes y Oficios, el único lugar donde podía aprender lo que me interesaba sin necesidad de marcharme.

-Vistas así las cosas, su entrada en la pintura fue, por tanto, como una decisión consecuente.

-Sí. No es que quisiera liberarme de las exigencias del taller. Lo que realmente me llenaba era la pintura que recojo en mis cuadros. Por eso, suelo pintar lo que me gusta. Siempre trato de coger un cuadro y llenarlo de una sucesión de planos, de líneas, de formas... que sea una feliz conjunción, que me agrade. El tema me es indiferente, aunque también hay temas que me motivan y que me obligan a pintarlos.

-¿Y no puede ser que pinte lo que le resulta más fácil? Quizá hay temas que no toca porque le pueden parecer incómodos, difíciles...

-Soy un poco inconformista y amante del riesgo. Las cosas excesivamente fáciles terminan por aburrirme. A veces, aunque sea en privado, considero un desafío aquello que se me atraganta y me enfrento a ello con decisión.

-¿En alguna ocasión le ha sido imposible superar el riesgo?

-He vivido ciertos momentos de tensión en los que me he rebelado contra toda mi pintura.Es algo de cierta frecuencia, porque existe una pequeña relación de amor-odio que el artista tiene o debería tener con la pintura, porque todo no es un camino de rosas. Hay cosas puntuales que se me han indigestado, que me he visto obligado a apartar. Las he tenido guardadas y en cuanto he podido lo he vuelto a intentar. Nunca me he quedado con algo de lo que no haya podido salir.

-En esa relación que citaba, ¿se puede llegar a odiar una situación pictórica personal?

-En mi caso y en determinados momentos, sí.

-Y luego se mostrará como un adorador de esa obra superada.

-Sí o no. Depende de como quede configurada la propia obra.

-¿Tiene alguna pintura a la que le ha demostrado un cariño o un odio fuera de serie?

-Hay obras que me han salido con una pasmosa soltura; cuadros que me han quedado felizmente terminados en unas cuantas horas. Si luego lo he presentado a algún certamen y me han dado un premio, debo decir que es una de esas obras que me merecen una consideración especial.

LA EXPOSICIÓN

Título:

Paisajes y bodegones.

Inauguración:

Jueves, día 11, en la sala de la obra social de Caja Mediterráneo, en la Glorieta de España (Murcia).

20'30 h.

Cuadros:

Vistas de rincones entrañables de Murcia y Cartagena y algunos bodegones.

Ojeado en La Verdad.