Bodegas Serrano comienza a recolectar casi un mes antes porque el calor húmedo del litoral hace madurar antes la uva.
Manuel Martínez y su mujer, al inicio de la vendimia.
Dentro de pocas semanas, a finales de agosto o primeros de septiembre, los medios de comunicación reflejarán, como cada año, una de las tradiciones del mundo laboral español: la peregrinación de trabajadores para la vendimia en algunas comarcas vitivinícolas de nuestro país, pero sobre todo de Francia.
Eso es lo habitual, pero claro, siempre está la excepción que confirma la regla. Y lo cierto es que, ya, en estos días finales de julio y el inicial de agosto, en tres lugares de España la vendimia ha comenzado: Lanzarote, Montilla-Moriles (Córdoba), y Campo de Cartagena.
La Verdad fue este sábado -con la fresca y apenas visibles los primeros rayos de sol- testigo del corte de los primeros racimos de uva de Bodegas Serrano, de Pozo Estrecho, el único productor profesional de vinos de la comarca. Su marca estrella es el Viña Galtea, en sus variedades semidulce y semiseco.
Dos condicionantes hacen posible la precocidad de la vendimia en esta zona de la Región de Murcia: el calor húmedo del litoral, que favorece el brote de la viña en los primeros días de marzo y posteriormente su maduración. El otro factor es la inclusión de variedades de ciclo más corto, como el moscatel de grano menudo que se ha empezado a arrancar.
Sin embargo, este año, paradójicamente, el exceso de calor durante julio ha hecho retrasar la vendimia. Bodegas Serrano tenía previsto vendimiar el martes, 28 de julio, pero su enólogo finalmente recomendó comenzar este sábado.
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