La importancia del yacimiento del Camino de los Molinos, por tratarse del enterramiento prehistórico con más restos humanos de la Península (casi 400 individuos), está siendo reconocida por la comunidad científica de distintas universidades. La de Oxford está analizando los restos para datar con exactitud la edad del yacimiento aunque ya se trabaja con una horquilla de entre 4.000 y 5.000 años.


El alcalde, Domingo Aranda, señaló que «estos hallazgos se podrán incorporar al Centro de Interpretación de los Molinos de Papel, cuyas obras hemos paralizado para esperar a que se termine la excavación». El primer edil añadió que «vamos a invertir todo el esfuerzo y los recursos económicos necesarios para que la investigación siga adelante y vamos a estar muy atentos a cuantos hallazgos se puedan producir en la zona».


Aranda confirmó que también han aparecido restos en una parcela junto al colegio de La Consolación, en donde se habían iniciado las obras de una nueva pista de educación vial. «Se han paralizado también estas obras, hasta que finalice la excavación; si en Caravaca hemos aprendido a mirar al futuro también vamos a mirar hacia nuestro pasado para conservarlo», añadió Aranda.


El yacimiento se localizó hace poco más de un mes, cuando una excavadora, realizando unos desfondes para una promoción de viviendas, seccionó lateralmente el enterramiento y exhumó inadvertidamente huesos humanos, momento en el que se paralizaron los trabajos y se informó a las autoridades. Aranda, así como el equipo de excavación, han destacado el «magnífico comportamiento del promotor, Pedro Antonio Robles, que en todo momento ha mostrado su buena predisposición y que, incluso, ha colocado una estructura para salvaguardar el yacimiento y hacer más fácil el trabajo de los científicos».


Valiosa información.


La gran cantidad de individuos puede aportar una valiosísima información sobre los primeros pobladores del lugar. El enterramiento es una cavidad fósil originada en torno a un pequeño manantial de agua, reutilizada una vez seca como fosa para ritos funerarios, probablemente por los habitantes del cercano poblado calcolítico.


La cavidad, de casi ocho metros de diámetro y una profundidad de dos metros, alberga en su interior un enterramiento continuado de época calcolítica, acumulándose una gran cantidad de esqueletos humanos. Los restos parecen haberse colocado en un primer momento en posición fetal, descolocándose conforme se continuaban depositando más cadáveres. Fruto de esa recolocación ha sido tanto la dispersión anárquica de buena parte de los huesos como la acumulación de cráneos junto a las paredes de la cavidad. Además de huesos, se han hallado algunos restos de cerámica e instrumentos de corte.

Ojeado en La Verdad.
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