Llegó la hora de la verdad.
7/10/2008 | Author:

Rafael Moneo asistirá mañana en Cartagena a la inauguración del singular Museo-Teatro Romano El arquitecto, uno de los más importantes del mundo, espera expectante la reacción del público ante su obra.

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Espartano y huidizo, parco en palabras y firme en sus ideas, ganador en 1996 del selecto y cotizado Premio Pritzker de Arquitectura y, ya para siempre, unido en piedra y alma a Cartagena, Rafael Moneo (Tudela, 1937) asistirá mañana a la inauguración de una de sus obras más originales: el Museo-Teatro Romano de Cartagena. Un viaje a la Historia, un recorrido placentero y sorprendente que te eleva sobre el mar y te seduce entre el silencio. Del momento de la verdad habla Rafael Moneo en la entrevista con este periódico.Todo está a punto para la contemplación de la recuperación global de un monumento que desde finales del siglo I a. C. provocaba el entusiasmo y la admiración de cuantos llegaban a Cartagena en barco, a través de uno de los puertos naturales más hermosos del Mediterráneo.

-Señor Moneo, estando próxima la inauguración del Museo-Teatro Romano de Cartagena, ¿qué sentimiento predominan en usted?

-El ver, tras muchos años, construido lo que uno había proyectado, adivinado y adelantado con sus dibujos es siempre, para el arquitecto, el momento de la verdad.

-¿Cómo juzga el resultado de lo logrado: con satisfacción, con dudas, con expectación?

-Cuando una obra se dilata tanto en el tiempo como ésta da lugar a que se disipen las dudas y a formular una opinión sobre ella que me gustaría fuese justa. En el caso del Teatro de Cartagena, creo que se ha dado respuesta a lo que se me pidió en su día: integrar el Teatro en la ciudad.

-¿Ha conseguido hacer el Museo que usted quería, que el resultado y su proyecto se hayan fusionado?

-Puede decirse que la integración del Teatro en la ciudad era la meta. El Museo ha sido el vehículo adecuado para alcanzarla.

-Cuando aceptó el encargo de la rehabilitación del Teatro y del proyecto del Museo-Teatro Romano, ¿qué le atrajo más del encargo y cómo se lo planteó? ¿Cómo imaginó el lugar tras su intervención?

-Veinte años después del proyecto de Mérida, el proyecto de Cartagena me llevaba a luchar con el refrán no siempre segundas partes fueron buenas. Pero creo que, en esta ocasión, lo han sido.

-¿Qué singularidades tiene este proyecto que llega a buen puerto?

-El complejo Museo-Teatro nos lleva a adentrarnos literalmente en las entrañas de Cartagena. Encontrarnos, tras el paso bajo la Catedral vieja, con el espacio abierto del Teatro es toda una sorpresa. Quizás sea ésta la mayor singularidad.

-¿Cómo espera que reaccione el público visitante?

-No lo sé. Pero si para mí todavía el Teatro es ocasión de asombro, confío en que también lo sea para los visitantes.

-¿Qué encuentra de especial en el Teatro Romano de Cartagena?

-Me admira que las historias de la ciudad no hayan hecho mención a tan importante obra de arquitectura. Una vez más, la capacidad que la ciudad tiene de absorber el pasado se ha hecho sentir en esta ocasión.

-¿Qué papel ocupará en su trayectoria como arquitecto?

-Sin duda importante, ya que no era tarea fácil enhebrar el Teatro y el Palacio Riquelme con una obra de arquitectura.

-¿Qué ha sido lo más complejo de su trabajo?

-Atender a los muy diversos episodios que se dan en este proyecto. No es un edificio, es toda una serie de intervenciones arquitectónicas que han puesto a prueba a un arquitecto ya no tan joven.

-Con respecto al Museo, ¿cuál ha sido el gran reto?

-El Museo es todo un tránsito. Más que verlo aisladamente hay que entenderlo como un episodio más de los mencionados en la respuesta anterior. Pero si hubiera que contestar, en todo caso, a su pregunta, tal vez lo más delicado de la operación haya sido el dar la proporción justa a las dos grandes estancias (que destacan en él).

Dificultad

-¿De qué soluciones está más satisfecho?

-Puedo decirle que no ha habido uno sólo de estos episodios que no implicase una gran dificultad. He intentado resolverlas todas. Y en lo que alcanza mi conocimiento he dado en todas ellas lo mejor de mí mismo. Equivocaría al lector al distinguir un momento destacado. Como le decía, veo el proyecto como un largo relato que tiene claro cuál es la historia que se cuenta.

-La escalera mecánica que recorre el Museo llamará la atención. ¿Por qué se decidió por ella? ¿Cómo cree que finalmente se ha integrado en el espacio?

-Para salvar la diferencia de nivel no había otro camino. Las escaleras mecánicas no pueden ser consideradas hoy como rareza.

Ojeado en La Verdad.

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