Unas señoras, muy bien vestidas, pero con muy poca educación, entraron en la Optica,

pretendiendo dar instrucciones a sus dueños donde debían esconder la escultura de Pepe Yagües.

Sin pedir permiso ni nada similar, que sería lo propio a su aparente estatus, se introdujeron hasta

el almacén detrás del mostrador, buscando un alojamiento para la obra de arte.

En Valencia se ha censurado una exposición fotográfica de la Asociación de la prensa.
El Alcalde de Mazarrón multa las parodias del carnaval.
Los miembros del Gobierno murciano insultan o ignoran a los creadores que no son de su cuerda.
Valencia y Murcia, mismo frente contra la libertad de expresión.

¿No recuerda otros tiempos?

Para endulzaros un poco el día, una de corsarios.

(por una vez, y sin que sirva de ejemplar, he modificado la ortografía)

CORSARIOS EN LA TORRE DEL ESTACIO

El Sr. Dn Ignacio Romo, Rejidor y Comisario de la Junta de Guerra, dió cuenta como el dia dieciocho del pasado amaneció en el puesto de El Estacio un gangivel de enemigos con bandera francesa, el cual hechó su lancha con cinco franceses y tres valencianos a pedir práctica a la torre, manifestando una patente del Gobernador de Peñiscola que recivieron los soldados de ella con el capacete [1] cerrada la puerta, como se acostumbra. Habiendo reconocido dicha patente sin hallar reparo por la simulación que traían, permitieron diese fondo, y tomando los ocho hombres la lancha, se bolvieron al Gangivel. Y quedando desemba-razada la campaña, la vieron los dos soldados que estaban de guardia, porque los otros dos habían ido a tierra a prevenirse de comida y ropa. También salieron a tomar agua y un poco de esparto que tenian inmediato a ella dejando la puerta abierta. Entonces se manifestaron cuatro hombres armados de los enemigos que había dejado el dicho ganguivel escondidos aquella noche en los concabos de las peñas cercanas a la torre, quienes sorprendieron a los soldados y apoderándose de la torre, se llevaron dos cañones de yerro de a quatro y dos libras de balas y los demas pertrechos que tenían.

Entendido Juan Bueno, alcaide de dha torre, de este suceso desde su casa donde se hallaba accidentado, envió diez hombres para guardar aquel fuerte y avisó al Capitán de las torres de la costa [2] para que diese las disposiciones convenientes a su seguridad, quien, participándolo al Teniente de Rey de Cartagena [3], envió una partida de caballos a prender al dicho Alcaide y soldados para castigarlos.

La Junta de Guerra de Murcia, considerando con esta notizia era muy de su obligación la mejor y mas pronta providencia para el resguardo de la Torre por lo que interesa al Real Servicio y Campo de esta Ziudad y el alivio de dicho Alcaide y soldados que inocentemente pasaron por el engaño (que no entendieron el patrón y marineros de la barca que estaba en Cabo de Palos cargada de pertrechos para la plaza de Mazalquibir, detenida por el tiempo contrario que se llevó dho Ganguivel), escribieron al Sr. Obispo para que templase al Teniente del Rey y diese la orden mas conveniente a la custodia de aquel puerto, el cual le había escrito y respondídole que poniéndose en la torre otros dos cañones y pertrechos lebantaría la mano, cuya respuesta encaminó su Excª a esta Junta, expresando parecerle bien el medio para la seguridad, al que se bolvió a instar para que se sirviese dar orden a su disposición, en cuya vista, escribió escusándose, por estar fuera del manejo de la Guerra, y que esta Ciudad lo dispusiere como lo refieren las cartas.

Cuyas circunstancias pone en la consideración de la Ciudad para que como tan amante del Rey resuelva lo que mas convenga.

Y habiéndolo oído y las dichas cartas y copia de la del Teniente de Rey, considerando la suma importancia de esta dependencia y la prontitud en que se debe acudir al resguardo de la Torre del Estacio, Acordó que dos cañones de hierro de tres libras de calibre que están desmontados en el almacén de esta Ciudad con veinte balas y aderezos para cargarlos se entreguen a Juan Bueno, Alcaide de dha torre, para que a su costa los ponga en ella dejándola en el estado que estaba quando se llevaron los otros.

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[1] Los soldados de las torres tenían rigurosas órdenes de no abrir la puerta a nadie. Cualquier mensaje o producto que les estuviese destinado era recogido mediante un capazo descolgado desde lo alto de la torre.

[2] Tenía su cuartel en Cartagena.

[3] Corregidor y Alcalde Mayor de Cartagena.

[1] Estos cañones estaban prevenidos para ser instalados en el fortín que se estaba construyendo junto a la Contra parada.

This entry was posted on 3/13/2010 and is filed under , , , , , , . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.