El mandato de Matilde Pérez Mollá comenzó el 27 de octubre de 1924, durante la dictadura del general Primo de Rivera, y concluyó el 1 de enero de 1930.
La pequeña población de Quatretondeta, en la comarca de El Comtat, recuerda estos días que hace justo 85 años se convirtió en el primer municipio de España en ser regido por una alcaldesa, Doña Matilde Pérez Mollá.
Según un estudio de la profesora de Historia Moderna de la Universidad Complutense de Madrid Rosa María Capel, el mandato de Pérez Mollá comenzó el 27 de octubre de 1924, durante la dictadura del general Primo de Rivera, y concluyó el 1 de enero de 1930.
A la alicantina le siguieron como segunda y tercera alcaldesas del país Concepción Pérez Iglesias en Portas (Pontevedra), entre 1925 y 1930; y Petra Montoro Romero en Sorihuela del Guadalimar (Jaén), en 1925.
Durante su mandato en Quatretondeta, Doña Matilde, más conocida entre sus vecinos como la "senyora vella" (señora vieja), construyó la carretera a la vecina localidad de Gorga, que dista unos 5 kilómetros, y trajo la luz eléctrica, dos avances que mejoraron el bienestar de los habitantes.
La figura de Pérez Mollá ha sido homenajeada en los últimos años en su población, donde a la entrada del ayuntamiento figura una placa conmemorativa descubierta en 2004 durante un acto que reunió a los nietos y biznietos.
Décadas después, Quatretondeta vuelve a tener una alcaldesa desde 2003, con la socialista Magdalena Chiquillo i Pérez.
La actual alcaldesa ha declarado que Pérez Mollá se mantiene viva en el imaginario local, pese a la gran cantidad de años transcurridos.
Actualmente, solamente uno de los biznietos de la "senyora vella" mantiene una constante vinculación con Quatretondeta: Es aviador con casa en el pueblo, que visita cada vez que puede.
Pérez Mollá pertenecía a la familia más acaudalada de Quatretondeta y fue elegida alcaldesa por decisión del gobernador de Alicante a la edad de 45 años.
Entonces, la localidad contaba con medio millar de habitantes, de los que ahora sólo hay menos de doscientos, aunque Doña Matilde sigue en el recuerdo popular e, incluso, cuenta con una calle.
Muy joven, se casó con un notario de Alcoy, Rafael Blanes, con el que se trasladó a la ciudad donde éste estaba destinado, Cartagena, para formar familia, aunque nunca olvidó su población natal.
Allí tuvo a su única hija y al enviudar, cuando superaba los 40 años, regresó a Quatretondeta y comprobó que éste seguía sumido en una agricultura "muy pobre" y que había un bajo nivel cultural.
Aprovechó que era una de las personas más cultas y con un talante que inspiraba "autoridad" para elevar la formación de sus vecinos.
Por ejemplo, creó un grupo de teatro y dio clases de piano, lo que compatibilizaba con artículos costumbristas en el diario "Las Provincias".
El término municipal de Quatretondeta, tradicionalmente dedicado a la oliva y almendra y que acusó la emigración a partir de 1960, ocupa una extensión de unas 670 hectáreas y más de la mitad de los casi dos centenares de censados supera los 65 años.
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