Mi familia ya tiene asegurado el plato de comida y ahora puedo dedicarme a esta afición.

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Ginés Marín nació entre los pinos de la pedanía murciana de Cañadas de San Pedro, pero el amor de Mari Carmen le acercó un poco más al mar, aunque también en pleno campo, hasta Sucina. Toda su vida la ha dedicado a la carpintería y ebanistería. Es un manitas de oro y con un corazón más grande que su propio cuerpo. En sus largas horas de silencio y concentración, desde hace tres años, construye violines.

- Perdone maestro que yo sea poco docto en todas estas habilidades, pero ¿qué quiere decir luthier?

- Pues es muy fácil, es el profesional que realiza o construye instrumentos musicales de madera; yo construyo violines.

- Pero perdone mi asombro al encontrarle a usted en pleno secarral de Sucina realizando estos instrumentos, que creo que son joyas.

- Pues así son las cosas del mundo y de la vida; siempre ha sido mi ilusión dedicarme a construir violines e incluso llevo más de dieciséis años buscando y conservando las maderas especiales para hacer este instrumento hasta que ha llegado el momento. Ahora mi familia ya tiene asegurado el plato de comida y me puedo permitir dedicarme a esta afición y fíjese cómo quedan.

- Le repito, son verdaderas joyas que nunca he tenido así en mis manos. Me enseñaría usted a hacerlos.

- Por mi parte, sin problemas, pero para esto hay que echarle muchísimo tiempo y más paciencia. No existen horas, ni días ni meses para hacer un violín. Pero si es su empeño, seguro que aprenderá.

- ¿Qué maderas debo utilizar?

- El arce rosado debe colocarlo en el fondo y en todo el perímetro que compone la caja del violín. También tiene que utilizar el pino-abeto, esta es la madera más importante, pues es la que se utiliza en la tapa del violín, y es la que transmite las vibraciones a la caja armónica.

- Me estoy animando y veo que es comprensible entenderlo, luego ya veremos cuando me ponga manos a la obra, siga, siga.

- El mango es de madera de arce rizado y al final de él se suele hacer la voluta del autor, es decir como la firma tallada en madera de quien lo hace. Puede hacerse la voluta clásica y otros incluso tallan el propio retrato del autor. A mí me gusta tallar a Caliope, la musa de la música, cabezas de león o una voluta muy especial que es como si dijésemos mi firma. El diapasón y las clavijas y cordal deben ser de madera de ébano y los fileteados, en toda la caja posterior del violín, normalmente se hace solo uno, pero a mí me gusta hacerle dos, pues son muy importantes y sirven para cortar las vibraciones de la tapa y no apagar el sonido, además de su función decorativa.

- ¿Son decorativas esas dos efes que van en la parte delantera?

- Digamos que son como otra firma, en mi caso concreto son copias de la Escuela Cremonense, las que utilizaba Stradibari.

- Para conseguir estos colores, pegar las maderas, ¿utiliza algunos otros elementos?

- Por supuesto, todo son productos naturales como el ámbar, la goma alemí, sandarraca, traventina de Venecia, sangre de drago, resina copal de manila, aceite de espliego, goma amoniaco, goma mástil, goma mirra, polvo de aloe, almaciga en lágrimas, goma benjuí, incienso, clara de huevo seca, agua regia, alcanfor, y otros productos un poco más raros, y sobre la forma de encontrarlos o realizarlos, si le parece bien lo dejamos para otro momento.

- ¿Es usted también un alquimista?

- No es que sea un alquimista; ya le he dicho que son productos naturales, aunque sí me dejo llevar mucho por un facsímil de alquimia de la biblioteca personal de Felipe II.

- Algunos de sus violines habrán emitido sus notas musicales en un concierto.

- Recientemente los estuvo viendo el concertino Darlin de la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia, él ya los ha probado, ha quedado maravillado, y dentro de muy poco actuará con uno de ellos.

- ¿Cree que los ángeles elegirían alguno de sus violines?

- Por supuesto, y estoy seguro que ofrecerían un gran concierto, el primero, y ese se lo dedicaría a mi mujer Mari Carmen Olmos, que siempre está a mi lado, no sé cómo me aguanta tanto. Sin ella yo no sería nada.

Ojeado en La Verdad.

This entry was posted on 8/08/2008 and is filed under , , , . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.