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El negocio de las flores se está marchitando, según Julio, que lleva más de 50 años detrás de este mostrador en el que los olores se funden y refrescan este calor de justicia que achicharra la ciudad. En el mismo centro de uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad, la Plaza de las Flores, presume de plantas al mismo tiempo que se muestra visiblemente cansado porque no corren buenos tiempos para las floristerías. Empezó con ilusión cuando su madre, de 97 años, abrió la floristería que lleva su nombre. Ahora, con el tiempo, reconoce que la monotonía se ha adueñado de él y que se encuentra cansado. Lo que le hace seguir adelante es el colorido y la vida de las flores.

- Mi madre les canta, mi abuela les habla. ¿Cuál es el secreto para el mejor cuidado de una planta?

- Para tener en forma una planta, hay que dedicarle tiempo. El secreto es verlas a diario y tocar su tierra para ver si está demasiado seca o demasiado húmeda. El riego de la planta es fundamental.

- Ahora en verano lo más típico es dejarle las llaves a la vecina para que cuide las plantas...

- Hay muchas personas que se desentienden de las plantas en esta época o las dejan a cargo de la vecina, pero cuando vuelven a su casa está todo liquidado. Las plantas son seres vivos y necesitan un cuidado.

- ¿Qué cree que transmiten las flores?

- Si entras en una casas y no ves ningún tipo de flor, por pequeña que fuera, te da la sensación de que esa casa está muerta. A la entrada de tu casa siempre tienes que tener una planta, que además de embellecer la casa le da un toque de vida muy especial.

- No le pasará a usted lo que dice el refrán de que en casa de herrero, cuchara de madera...

- En mi caso el refrán se aplica totalmente. Yo llevo flores a casa pero solamente para reponerlas, pero vamos, que no tengo mi casa llena de flores porque no sé por qué pero no me aguantan nada. Bueno, sí lo sé, tal vez es por descuido. Aquí las cuido muchísimo, pero en casa la verdad es que no. Hago mío el refrán.

- ¿Qué compra más la gente?

- Con el tema de las vacaciones lo que más se venden son ramos compuestos con flores surtidas de todo el año, es lo más económico para los clientes.

- ¿Se venden muchos ramos?

- En absoluto, todo lo contrario. El negocio ha bajado muchísimo, no porque la gente no compre flores sino porque la cosa está muy repartida. Antes no había tantas floristerías como ahora, y lo hemos notado mucho. Esto ya es un negocio pequeño prácticamente nulo.

- ¿Qué le piden más?

- Se vende mucho, pero en pequeñas cantidades, la clásica rosa roja. También la piden en más colores, pero lo normal son las rojas. Para mí un buen ramo de flores sería un ramo de rosas rojas.

- ¿Quién compra más flores: ellos o ellas?

- Ellas muchísimo más porque suelen ser más detallistas. Las mujeres se acuerdan más de los aniversarios y de sus seres queridos. En general los hombres somos más olvidadizos.

- Cree que hay hombres que todavía piensan que regalar un ramo de flores es cursi?

- Eso era antes, y menos con los tiempos que corren con esto de la homosexualidad. Mire, ahora hay muchos hombres que compran flores para otros hombres y no pasa nada, es lo normal. Antes me pedían muchos hombres que les liara bien las flores para que no viera nadie que las habían comprado.

- Si volviera usted a nacer, ¿se dedicaría de nuevo al mundo de las flores?

- No creo porque esto ya no es un negocio; esto es un oficio de antaño.

Ojeado en La Verdad.

This entry was posted on 8/21/2008 and is filed under , , , , . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.