Cuarenta ciclistas inician en la iglesia de Santiago su peregrinación por la ruta de El Argar Los peregrinos, tardarán 14 días en completar el recorrido.
El atrio de la iglesia de Santiago acogió ayer tarde la salida de cuarenta ciclistas lorquinos que recorrerán el camino de Santiago en bicicleta por la ruta de El Argar. Minutos antes de partir se llevó a cabo la tradicional bendición del peregrino, que corrió a cargo del párroco Alejandro Cases que la concluyó diciendo: «El Señor os bendiga y ¿agua para todos!», mientras les echaba agua bendita a ellos, y a sus bicicletas.
Los peregrinos recorrerán en 14 días 1.143 kilómetros, los mismos que separan Lorca de la Plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela. La ruta de El argar, que fue creada hace cinco años por un grupo de lorquinos, incluye el paso por ciudades como Caravaca de la Cruz, Férez, Alcaraz, Ruidera, Herencia, Toledo, Ávila, Salamanca, Zamora, Bragança, Verín o Carballiño.
La comitiva que los acompaña incluye cocineros, médico, cámara, vehículos todo terreno de apoyo, de avituallamiento, de transporte de material y de transporte de equipaje. Los organizadores han solicitado al cabildo eclesiástico que la ruta de El Argar aparezca en el libro de ruta oficial que llevan todos los peregrinos y que deben de ir sellando por toda su travesía.
En la quinta ocasión en que se lleva a cabo una peregrinación por esta ruta los ciclistas utilizarán caminos y carreteras secundarias, pernoctarán en pabellones municipales, y realizarán visitas turísticas en las ciudades de paso al término de cada etapa. Entre los participantes en la peregrinación se encuentra el propio alcalde de la Ciudad, Francisco Jódar, que aseguró que «estoy ilusionado como un niño».
Jódar, añadió que «me siento con espíritu aventurero, pero a la vez tengo un poco de miedo. Espero tener fuerzas suficientes para llegar a la Plaza del Obradoiro en Santiago de Compostela. Ilusión no nos falta como se está viendo en la salida».
Otro de los veteranos de esta ruta es Francisco Manchón Navarro, más conocido como El Caldera. Acudió vestido como el mejor de los peregrinos. En su indumentaria no faltaba ni un solo detalle. «Llevo la concha que ya ha viajado a Santiago varias veces, el sombrero, con pins de todas las ciudades del camino, calabazas y la vara». El conjunto lo completaba con el hábito de peregrino de color marrón y el clásico sombrero.
Sobre la tarea que le había correspondido dentro de la expedición señaló que «me encargaré de la logística. Del montaje del comedor. También ayudaré a preparar la comida de los que participan en la peregrinación». Familiares y amigos acudieron a despedirlos. Entre ellos, Mariano Llamas, pionero de éstas expediciones desde Lorca. «El primer viaje lo hicimos en 1998. Al año siguiente, fraguamos la idea de convertirlo en ruta».
Incluso se colocaron ese año algunos de los mojones que indican el camino hasta Santiago de Compostela. «El primero lo pusimos en Caravaca. Al año siguiente fueron los de Bragança y Zamora. Este año, la intención es colocar el de Toledo que están ultimando en estos momentos».
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