El párroco de Zarandona, que cumple sus Bodas de Oro sacerdotales, presenta esta tarde en el Museo Gaya 'Polvo enamorado', su trigésimo libro de poemas.

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Quería ser médico, hasta que acabó el bachillerato, y sintió la vocación hacia el sacerdocio. Ya en el seminario, le dio tiempo de entusiasmarse por la lectura, hasta el punto de que tenía que esconder algunos de los libros debajo del colchón, porque, cuando se adentraba en ellos, se enteraba de que se encontraban incluidos en el índice de libros prohibidos por la Iglesia. Entre ellos, La ultima tentación de Kazantzakis, o el que este autor dedicó a San Francisco de Asís, «uno de los libros más bonitos que he leído en mi vida». Esto no impidió que Francisco Aroca Gómez cantara misa hace cincuenta años. Ha ejercido en Jumilla, La Almudema, San Nicolás, en Murcia; en Espinardo, como presidente del Tribunal Tutelar de Menores; como superior y profesor del Seminario, y, por fin, como cura de Zarandona, donde permanece cerca de cuarenta años. Pese a todo, ha permanecido fiel a su vocación como sacerdote y poeta. Treinta libros de poesía publicados, el último Polvo enamorado será presentado esta tarde, a las ocho, en el Museo Gaya, por Juan Acebal y Guzmán Ortuño.

- Ahora mismo, ¿qué representa la vida de un cura ante los ojos de mucha gente?

- Actualmente, la vida de un sacerdote es dura. Antes decías cualquier cosa, lanzabas una advertencia y no pasaba nada; ahora hay que llevar mucho cuidado, porque en seguida la gente se pone violenta, aunque esté cerca de la Iglesia. Para mí, los que más murmuran y critican, aunque no todos, son precisamente los que creen que más saben y que pueden hablar del otro que no va a misa y...

- Eso es normal en la sociedad.

- Quizá sí, pero el cura tiene que llevar mucho cuidado en no equivocarse, para que no lo denuncien en los periódicos. Yo admiro mucho al joven que quiere ser sacerdote, pese a su juventud. Tiene toda mi admiración. Es casi un héroe.

- Durante el medio siglo de vida dura como la suya, ¿cuantas veces ha pensado en colgar la sotana?

- En abandonar, no; pero he tenido mis dudas, mi lucha... Me han dado dos anginas pecho. He tenido que usar mucha mano izquierda para interpretar las cosas. El médico me dijo que todo esto había influido mucho en mi espíritu.

- Los que estamos fuera de estas cuestiones desconocemos si los curas se sienten impulsado por el Dios en el que creen o por ellos mismos.

- La creencia no es una seguridad, ni una certeza absoluta. Es una duda, porque el misterio choca con los sentidos. Yo no puedo palpar a Dios. Muchas veces me he planteado el problema de la materia como eterna. Pero es que para mí la materia eterna no puede existir porque es evolutiva, cambiante. Choco tanto en el misterio de la materia como en el misterio de Dios. Pero veo más sencilla la existencia de Dios, en cuanto va Jesucristo y me abre el corazón del Padre.

- ¿Ha cambiado mucho la Iglesia entre el momento en que cantó misa y ahora?

- El Concilio dio a la Iglesia una apertura enorme, pero todavía no se ha cumplido. Tomanos del Concilio aquello que tal vez nos costaba más trabajo. Creo que la Iglesia no debió dejar pasar tanto tiempo sin decidirse en algunos problemas, pero muchas veces llega tarde, como ha sucedido.

- Una de las cuestiones que se debate es la de los curas casados. ¿Usted que opina?

- Habría que dialogar sobre esto, porque se trata de una ley que ha puesto la Iglesia, pero que puede quitar. Los curas de antes y los obispos estaban casados. Y San Pedro, el primer Papa, lo más seguro es que estuviera casado, porque aunque no se habla de su mujer, sí se habla de su suegra.

Fisgoneado en La Verdad.

This entry was posted on 6/26/2009 and is filed under , , , , , . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.