Los datos y notas desarrollados a continuación sobre la conexión entre el célebre comic americano Watchmen, recientemente materializa en película, y la hispana serie Bogey, un detective con trasfondo futurista, han sido aportadas gracias al estudioso de la historieta Joaquín Alcaraz Quiñonero.

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No deja de llamarme la atención el modo en que los grandes estudios de Hollywood, al recurrir al cómic como fuente de ideas con las que seguir atrayendo al público masivamente a las salas, han renovado el interés por este género artístico. Concretamente, esto ha ocurrido en los últimos años con V de Vendetta o 300 y ahora con Watchmen, una obra del dibujante Dave Gibbons y el guionista Alan Moore publicada originalmente entre 1986 y 1987 por DC Comics. Watchmen surgió como una reflexión sobre el mundo de los superhéroes pero también sobre el cómic mismo, sobre su lenguaje y sus recursos narrativos. Tanto es así que la adaptación al cine ha sido considerada inviable por los estudios durante los últimos veinte años hasta que Zack Snyder, director de 300, se ha hecho cargo del proyecto. A raíz de este sonado estreno, los medios de comunicación e internet han pasado a glosar el valor artístico e histórico de Watchmen, y entre la maraña de datos, análisis y opiniones de fans y especialistas he encontrado una interesante entrevista a Dave Gibbons publicada originalmente en el libro ‘Artists on Comic Art’ y recogida en el blog del dibujante Pepo Pérez ‘Con C de arte’. Gibbons habla de su preocupación por fijar la identidad de su obra a través de los rasgos formales, y en concreto a través de su diseño de página, uno de los aspectos más señalados por la crítica. Considerando varios formatos, decidió quedarse con la página en retícula de 3x3 que había visto en una serie publicada en la revista inglesa Warrior a principios de los ochenta. El cómic en cuestión era nada menos que Bogey, del artista cartagenero Leopoldo Sánchez. Dice Gibbons: “Era en blanco y negro, y aunque era una historia ilustrada de forma muy compleja y densa, el sistema sencillo de retícula que él usaba me parecía que la simplificaba. Se lo propuse a Alan, y él pensó que funcionaba. Tenía algo distintivo”.

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Leopoldo Sánchez creó Bogey en 1981, cuando ya tenía un nombre en la escena del cómic internacional gracias a su trabajo para la editorial neoyorquina Warren (que le concedió el premio “Artista del Año” en 1977) o para las británicas Fleetway, IPC y Thomson (en las que el propio Gibbons se inició como dibujante por esos años). Bogey, un detective privado en una sociedad del futuro, hizo su primera aparición en un álbum editado por el propio Sánchez y que contenía las historias “Adiós, muñeca” y “El hombre que floreció”. Poco después la revista Cimoc “fichó” a su personaje, publicando sus historias a lo largo de la década. Sánchez también dibujó a Bogey para la revista KO Comics, fundada por él mismo. Se editaron dos nuevos álbumes, El archivo secreto del comisario Kelele y Nunca Jamás, y las historias de Bogey aparecieron en publicaciones de toda Europa, entre ellas la británica Warrior, donde Gibbons las leyó. Bogey era novela negra hecha cómic; el escenario futurista permitió a Leopoldo Sánchez reformular la estética de las novelas de detectives y del film noir, demostrando una gran inventiva y destreza en la creación de ambientes y secuencias de acción. De hecho, el concepto de Bogey se adelantó al de películas como Blade Runner y Atmósfera Cero, y la secuencia del taxi de Desafío total es asombrosamente parecida a la persecución que abre “El hombre que floreció”. La aportación de Leopoldo Sánchez al arte del cómic, que le hizo obtener el Homenaje del Excmo. Ayuntamiento de Cartagena en 1986, ha sido reconocida más recientemente por las VI Jornadas de Cómic Villa de Avilés y La Massana Cómic de Andorra en 2001; por la Semana Negra de Gijón en 2005; y por la exposición “El cómic de la democracia española”, organizada por el Instituto Cervantes y que ha viajado por Europa y América de 2005 a 2007.

Leopoldo Sánchez continuó su labor artística en el campo de la pintura junto a su esposa Nydia Lozano, también pintora. Ambos exponen con regularidad en galerías de España y el extranjero, especialmente Estados Unidos, y han hecho de su casa en Galifa y de su estudio en Fuente Cubas lugares de reunión para los amantes del arte y la cultura. Aunque Leopoldo Sánchez lleva mucho tiempo alejado de los cómics, tal vez en el futuro tengamos la oportunidad de, en esta misma página, hablar de una próxima adaptación de Bogey al cine, pero visto lo que se ha tardado en adaptar Watchmen nos cuesta imaginar algún productor que se atreva con una obra, en palabras de Dave Gibbons, tan densa y compleja.

Paco Olivares.

This entry was posted on 6/08/2009 and is filed under , , , , . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.