A pesar de lo mal que, según cuentan, van los números de ventas de las publicaciones de comics, especialmente en cuanto a autores patrios, con algunas salvedades, lo cierto es que cada vez se publican más obras de estos y en ediciones bastante lujosas o, cuanto menos, vistosas. Como hablar de ese tema aquí me llevaría varias páginas entre hipótesis y certezas, me temo que lo más práctico sea comentar algunas de esas obras hispanas dándoles merecido apoyo.
Desde Planeta DeAgostini apuestan solidamente por un buen número de autores nacionales para los que han creado, como he comentado en alguna ocasión, la línea laberinto. En esta ocasión dos son los títulos ha comentar, por un lado ‘Endurance’ del madrileño Luís Bustos, por otro ‘La sangre de las valkirias’ del barcelonés Pere Pérez con guión del prolífico Víctor Santos.
La obra de Bustos narra la histórica travesía de sir Ernest Shackleton, en 1915, a bordo del navío Endurance, con la alegre idea de cruzar la Antártida en trineo. No solo no lo consiguieron sino que su odisea duró dos años de penurias y sufrimientos, así lo escenifica, en formato de aventura, el dibujante en unas extensas 172 páginas.
Bustos utiliza en su beneficio un lenguaje gráfico con fuerte ritmo cinematográfico que aporta al relato la suficiente entidad para conseguir atrapar el interés sin caer en lo plomizo de dar excesivos datos que supondrían un lastre.
Una aventura de coraje y resistencia, como es la traducción del nombre del propio navío, de 27 hombres y la experta profesionalidad de un dibujante que, como pocos, ha sabido darle existencia gráfica a tan valeroso relato.
En La sangre de las valkirias encontramos un trasfondo ficticio adornado de elementos históricos en la que se nos transporta al ocaso del mundo vikingo en el que sus dioses están sufriendo el avance del cristianismo. Dicho esto, el relato en sí es algo más sencillo, pues se trata de una historia de traiciones y venganzas que convierten a los protagonistas en marionetas abocados a la desdicha. En palabras de Santos: “es más bien un drama histórico que trata sobre las guerras religiosas entre vikingos conversos y paganos. Habla sobre el fanatismo religioso, los lazos familiares y la ambición. Tiene sus batallas, sus duelos de honor y parte de acción, pero los personajes y sus relaciones entre ellos son la base de la historia.”
Pere Pérez es un dibujante que, actualmente, se haya trabajando en diversos títulos del mercado americano y es conocedor, por otros trabajos anteriores, del género de fantasía heroica. La excelencia de su trabajo le hizo acreedor, el pasado año, de los premios mejor autor novel y mejor obra nacional por Guerreros urbanos: Tormenta de hostias (Dolmen).
Hablar del valenciano Víctor Santos en pocas líneas es tarea ardua puesto que es un autor todo terreno que, aunque como dice se siente mejor siendo el absoluto creador de sus obras, es capaz de dibujar guiones de otros, en especial, para el mercado extranjero o como en este caso realizar solo el guión. No obstante su reconocimiento, como es sabido, le llegó de la mano de Los reyes elfos una serie de fantasía heroica que contó con el apoyo incondicional de público y crítica.
Hace algún tiempo Ediciones Glenat llegó a un acuerdo para publicar las dos obras ganadoras del premio Josep Coll de álbum de comics convocado por la Asociación Profesional de Ilustradores de Cataluña. Ahora, de un golpe, editan cuatro libros que contienen los ganadores de las dos iniciales ediciones (2007 - 2008), y desde luego son, tanto gráfica como literariamente, interesantes y atractivas.
‘Las aventuras imaginarias del joven Verne: La puerta entre los mundos’ guionizada por Jorge García y dibujada por Pedro Rodríguez, ambos con loable bagaje artístico a su espalda, es una de ellas. Aventuras fantásticas con trasfondo juvenil de preclara influencia franco belga donde narrar las imaginarias peripecias de un joven Julio Verne es la esencia del libro. En una entrevista García comentaba: “Barajamos diversas ideas que sólo tenían en común la existencia de un grupo juvenil de amigos alrededor del protagonista, un poco al estilo de Los Cinco de Enid Blyton. Y, leyendo varias biografías de Jules Verne, me di cuenta de que su familia podía funcionar perfectamente como caracteres complementarios en una narración de aventuras. Jules jugaría el papel del soñador cuya imaginación transforma la realidad de quienes lo rodean.”.
En esencia las peripecias de los jóvenes protagonistas solo es el vehículo para que, los autores, puedan desarrollar una serie de personajes secundarios y conceptos fantásticos que poseen vida por si mismos pudiendo funcionar más allá del propio universo Verne, lo que deja impronta de la fuerza tanto de lo narrado como de los narradores de una obra francamente interesante.
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