Se aprovechan demasiado de nosotros; a la hora de la verdad, el intermediario termina ganando el triple, pero somos gente muy sufrida.

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Ángel es de la tierra. Lo dice su mirada, sus palabras, sus manos e incluso sus propios andares, cuyos huesos han sufrido las escarchas de invierno. Nació hace setenta y ocho años, en el mismo lugar donde hoy vive, en la pedanía murciana de El Raal. Sobre los muros que construyeran sus abuelos la casa de barro, construyó su propia vivienda. Para él su razón de ser es su familia: María, y su hijo Ángel María con quienes no sólo hizo hogar sino que también adquirió huerta. Sus dos nietos siempre están presentes en la entrevista: Ángel y Ana a quien ya está empezando a enseñar a realizar la injerta de arbolado. Es hombre cabal para el que la palabra es pacto entre huertanos.

- Dicen que la huerta está muy mal y el trabajo del huertano no es valorado; sin embargo, ¿por qué siguen habiendo huertano?

- El huertano es una persona muy sufrida, y no hay problema que se le presente para seguir adelante. Yo diría que el huertano es el del año que viene, porque muchas veces se le estropean las cosechas o no saca los beneficios suficientes; y a pesar de ello siempre dice: el año que viene será mejor. Si no existiese el huertano la huerta se perdería. Yo creo que se aprovechan demasiado de nosotros, todos hablan y dicen que nosotros somos muy importantes y que gracias a nosotros viven, pues pueden poner la mesa con los productos que producen nuestras tierras, pero a la hora de la verdad es un engaño, pues el intermediario sale ganando más del triple del valor de lo que producimos. Si no nos conformáramos creo que las cosas nos irían de otra manera, pero no sé porqué somos gente muy sufrida, muy resignada.

-Precisamente lo que usted acaba de decir reafirma un dicho sobre la personalidad del huertano, pues dicen que no es capaz de ver más allá de su bancal de tierra y por eso no se asocia para hacer valer su trabajo; ¿es esto cierto?

-A las administraciones las cuentas no le salen o no las ven muchas veces muy claras. Creo que habría que diferenciar el huertano de otros tiempos del huertano de hoy. Antes no nos fiábamos ni de nuestra sombra porque no sabíamos de número, en algunas ocasiones hemos querido formar cooperativas y al final hemos visto que han sido tres listillos quienes se han metido el dinero en el bolsillo, han dado cuatro explicaciones, si es que las han dado y nosotros nos hemos quedado sin nuestros productos y además sin dinero. Hoy las cosas creo que son diferentes, los que son huertanos suelen tener grandes extensiones de tierra y sobre todo saben mucho de números, que es lo principal. Porque el huertano huertano es leal. El pacto de palabra y el apretón de manos es suficiente, pero desgraciadamente no todos son huertanos huertanos. No son leales.

-Sentado a la puerta de su casa la sombra de las moreras nos alivia bastante el calor. ¿Qué ha supuesto el gusano de seda para la huerta?

- Ha sido el beneficio que ha hecho crecer la familia, la casa y la huerta. Era el primer dinero que entraba en casa del agricultor a lo largo del año y con él se pagaban las deudas que se venían arrastrando desde meses atrás, hasta cubrir los pagos con el capullo de seda. Antes de desembojar ya sacábamos las cuentas del dinero que podíamos recoger ese año. Nuestras mujeres en marzo se afanaban porque rompiera la simiente al calorcico del sol y nosotros procurábamos traer la mejor hoja de morera.

Fisgoneado en La Verdad.

This entry was posted on 7/21/2009 and is filed under , , , , . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.