Hace años no existían muchos medios para abortar, por eso se utilizaban remedios naturales ingeridos como el hibisco, la sabina o la salvia, entre otros.

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Andrés Nieto es la historia y la ciencia andando. Con él puedes hablar sobre cualquier tema de forma cordial, amena y en lenguaje coloquial. Es un hombre de campo, nació en La Aljorra y se especializó como médico pediatra, profesión que desarrolla en Fuente Álamo durante más de treinta años. El pueblo lo ha acogido con tal afecto que le ha nombrado hijo adoptivo y a su vez Cronista Oficial por la multitud de libros que ha publicado. Es licenciado en Derecho, historiador y escritor. Ahora participa en el XVII festival nacional de folclore en la comarca de Cartagena que organiza el Grupo Folclórico Ciudad de Cartagena, en La Palma. Ayer pronunció una conferencia sobre Curiosidades de la medicina rural en otros tiempos.

- ¿De qué temas habla cuando dice curiosidades de la medicina rural en otros tiempos?

- Intento dar una visión global de la medicina un tanto mágica de aquellas épocas, una medicina primitiva y paliativa, pretendiendo más aliviar que curar, con escasos conocimientos científicos, con pocos medios y con parcos remedios. Hablo del lenguaje médico popular, de los mitos y refranes, de los herbolarios, sacamuelas, boticarios y parteras.

- ¿Utilizaban las parteras hierbas del campo con propiedades medicinales?

- Siempre han tenido fama de cierta hechicería o magia, al conocer remedios para aliviar los dolores, utilizando rezos y conjuros y preparados medicinales a base de hierbas como el cilantro, la esparraguera, la albahaca o el apio. Los partos eran cosa de mujeres y sólo excepcionalmente el médico atendía a la parturienta, cuando la cosa se ponía complicada.

- En algunas ocasiones he oído hablar de la utilización de algunas hierbas para inducir al aborto. ¿Es cierto? ¿Cómo se utilizaban?

- No existían muchos medios para abortar, además de ser un gran problema moral que la familia pretendía mantener en secreto y por eso se utilizaban remedios naturales ingeridos, pero también introducción de objetos en vagina y de hierbas como el perejil. Hay plantas abortivas como el hibisco, el matapollo, la sabina, la salvia, la colocasia, y algunos condimentos como el orégano, el jengibre o la albahaca, que tomados en grandes cantidades, y sobre todo su aceite esencial, pueden ser abortivos. Muchas de estas plantas contienen estricnina, colchicina o esparteina, que provocan contracciones uterinas.

- ¿Qué cualidades debía tener una mujer para ser partera?

- Eran mujeres fuertes, vitalistas, expertas, preparadas para aguantar lo que viniera, pues se podían encontrar con un parto de nalgas o un recién nacido muerto, una hemorragia materna importante o cualquier otro problema que debían resolver con decisión. Eran mujeres con cierto poder social y a veces vivían de esta profesión, pero en los campos solía ser alguna mujer espabilada, de edad avanzada y con experiencia, que lo hacía como favor. Tenían conocimientos de medicina, aprendiendo el oficio de sus madres y abuelas, y conocían los métodos para ayudar a nacer, cortar el cordón, reanimar al recién nacido, coser desgarros de la madre.

- Se usaba algún ritual como rezos o quemar plantas cuando llegaba el parto ¿Cómo preparaba a la mujer para parir?

- Se preparaba agua hervida, paños limpios, aceite caliente, y poco más, porque las parteras tenían poco instrumental quirúrgico a excepción de sus propias manos. Se colocaban estampas de santos como San Ramón Nonnato. También se ponían velas o se quemaban hierbas aromáticas. A la mujer le hacían soplar en una botella, o le daban vomitivos para que hiciese esfuerzos y ayudase al parto. Antiguamente no parían en la cama, lo hacían de pie o de rodillas. Había ritos tras el nacimiento como poner al recién nacido sobre el suelo y enfajarlo después de lavarlo. Por supuesto el socorrido caldo de gallina para la madre no podía faltar.

- Y en cuanto a la infertilidad, ¿había remedios naturales para lograr traer hijos al mundo?

- La salvia, el ciprés, la avena, el té, el célebre ginseng, el aceite de onagra, se han utilizado para casos de esterilidad, tanto de la mujer como del hombre. Se hacían cábalas sobre la influencia lunar para tener relación e incluso en la región se dice, de forma informal, que acudir a los baños de Mula u otras estaciones termales también es bastante bueno para el tema.

Fisgoneado en La Verdad.

This entry was posted on 7/10/2009 and is filed under , , , , . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.