Presenta en la sala de exposiciones de la Fundación Cajamurcia en Madrid una serie de sus obras más recientes.

1739942

Superados los ochenta años, afirma que la pintura es lo que lo mantiene vivo. Por eso, no cesa de pintar y de recuperar el espacio y el tiempo perdido. Ahora expone en la sala que la Fundación Cajamurcia tiene en Madrid. De la obra de Ignacio López, de corte figurativo, escribió José Ballester que existia «una presencia vital, no fantasmagórica o yerta». En la exposición actual, presenta una serie de cuadros de corte abstracto, en la que el propio autor afirma que ha volcado sus más novedosos toques personales.

- ¿No es difícil llegar a ese abstracto, separándolo de lo figurativo que tanto ha cultivado?

- Pienso que no, porque hay una linea que coordina en mi pintura ambas funciones. En mi obra hay diversas etapas. Y fue después de haber pasado mucho tiempo sin exponer, cuando salieron a flote esos sentimientos abstractos. Fue en mi exposición en la Cámara de Comercio, hace tres o cuatro años.

- Usted lleva muchos años con la pintura. ¿No le parece demasiado tarde este cambio de rumbo?

- No lo sé. Lo que sí puedo decir es que he abandonado totalmente lo figurativo académico. Me gustan las cosas que posean algo mío. Durante una exposición mía en Madrid, hace ya cincuenta años, pude comprobar cómo se trataba la faceta academicista. En principio, me maravilló, porque se trataba de cosas bien hechas, con un realismo exagerado. Sin embargo, era casi idéntico entre unos autores y otros. Yo pude presentar mi obra, en la Exposición Nacional de Bellas Artes, eliminando en mi obra ese tufo académico y haciendo una cosa personal y creativa. Presenté dos cuadros que me admitieron sin discusión porque se trataba de algo en lo que había volcado, como hago ahora, todo mi afán personal de creatividad.

- Que le admitieran dos cuadros supondría una enorme satisfacción.

- Sería una falsedad negarlo. Al mismo tiempo, tengo que decir que hay muchos pintores murcianos que han llegado lejos en su carrera artística, pero, sin embargo, su obra nunca ha podido estar presente en una exposición de este tipo. Era la que más resonancia nacional tenía.

- Pero, ¿por qué no siguió con su proyecto artístico?

- Pintaba desde que iba a la escuela. Recuerdo que un profesor me dijo: 'Llevas flojas las matemáticas; dedicate a ellas y déjate el dibujo'. Luego aprendí de un pintor de Alcantarilla, Ángel Martínez Rodríguez, hombre muy amable. En su estudio realicé bodegones y paisajes. Cuando llevaba un año con él, me organizó mi primera exposición en lo que era Casa de Cultura, que dirigía Manuel Jorge Aragoneses, y ahora Museo Arqueológico.

- Sí, pero no ha dicho por qué no siguió entonces con la pintura.

- Eran otros tiempos y acaso se veía el futuro hablando, de otro modo. Conocí a Vázquez Díaz. Vi cómo en ocasiones se aprovechaban de él. Ese comportamiento deshizo muchos de mis sueños. Estas y otras circunstancias influyeron para dedicarme a otras cosas que me ayudaran a tener el dinero más seguro. Me dije que si artistas consagrados vivían así, yo, con una mujer y dos hijos, no podía permitirme ese lujo.

- Y ahora parece como si quisiera recuperar el tiempo perdido.

- Nunca he cesado de pintar, pese a que hubo mucho tiempo sin que aparecieran noticia sobre mí. Lo que sí puedo decir es que cuando se habla, en determinados momentos, de los mejores pintores pintores de Murcia, también está el nombre de Ignacio López. Me dieron el Primer Premio en Fuente Álamo, y mi obra recibió menciones de honor, en distintas convocatorias del Premio Villacis o de la Muestra de Pintores Realistas del Mediterráneo. En Madrid, en los 60 y 70, yo vendía los cuadros a setenta mil pesetas, cuando un piso en la Gran Vía de Murcia costaba sobre las trescientas mil.

- ¿Tiene actualmente algún proyecto en concreto?

- Seguir pintando. Creo que si no fuese porque puedo pintar me moriría. Ahora mismo tengo cien obras preparadas. Nunca he dejado de pintar. Estoy detrás de rendir un homenaje en Alcantarilla, donde vivía, a aquel que fue mi maestro, quien hasta ponía el precio de mis cuadros; una exposición antológica con obra antigua y moderna en honor de don Ángel.

LA EXPOSICIÓN

Título: Obra abstracta.

Sala: Fundación Cajamurcia. Calle Cedaceros 11, en Madrid.

Clausura: 31 de julio.

Fisgoneado en La Verdad.

This entry was posted on 7/17/2009 and is filed under , , , , . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.