El duende dorado.
2/11/2010 | Author:

Un recorrido a través de las páginas de 'La Verdad' de los primeros pasos del Festival de La Unión, que cumple cincuenta años de jondura.

Mucho han cambiado los tiempos, que diría Bob Dylan, que en el 61 hizo su debut en público. Aquel año de 1961 se construyó el Muro de Berlín, Estados Unidos rompía relaciones diplomáticas con Cuba y se produjo el desembarco de Bahía Cochinos, comenzaba el crecimiento industrial en España, el bailarín Nureyev solicitó asilo político en Francia, España retiró sus tropas de Marruecos, se inventó el tergal, se publicó la primera página de '13, Rue del Percebe' en el tebeo 'Tíovivo', el Real Madrid se proclamó campeón de Liga, Ladislao Kubala se retiró como jugador de fútbol; nacieron George Clooney, El Vaquilla y Sonsoles Espinosa, esposa del actual presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero -también nací yo- . Murieron Louis-Ferdinand Céline, Ernest Hemingway y el diestro Cayetano Ordóñez.

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Antonio Grau (centro) y Enrique Orozco, Lámpara Minera en 1962 (derecha), con el presentador del II Festival, Federico Gálvez.

Aquel año de 1961 nació también el Festival del Cante de Las Minas. Los 60 también fueron flamencos. Ahora La Unión es el gran emblema cultural de la Región de Murcia y la Lámpara Minera es uno de los galardones más apreciados del flamenco. Las Minas se han convertido en una atracción turística, aunque en algún café se siga escuchando:

Los mineros son leones

que los bajan enlutados

trabajan entre peñones

y allí mueren sepultados

dándole al rico millones.

El 7 de agosto del 61 Asensio Sáez alertaba desde las páginas de 'La Verdad': «La falsa tradición flamenca, adulterada y populachera, sustituye hoy a la taranta y la cartagenera» y apostaba, decididamente, por «la resurrección del cante de las minas», para «atajar el abandono que corroe a La Unión». «Frente a la copla jonda adulterada y el flamenco amañado y populachero del disco dedicado, el minero ve derrumbarse, impasible, la copla grande, la verdadera, la que hasta ayer fue airón orgulloso de la sierra», se lamentaba. Pero las bases estaban claras: volver a las esencias y desdeñar la impostura. La Unión se abría al futuro. ¿Quién podía imaginar que ese certamen estuviese 'vivo' cincuenta años después?

Un jirón del alma

En la crónica del periodista, escritor y pintor Asensio Sáez decía Pepe Marchena, buen conocedor de los intríngulis y laberintos de la copla, sobre el cante de las minas: «Es un jirón del alma de hombre de la sierra. Su angustia y su gozo, tan tremendos, son tangenciales a los que, en su hueso, encierra la soleá andaluza. Valdría la pena hacer las cosas bien hechas. Un gran concurso, con buenos premios y, desde luego, una estudiada campaña de publicidad. Que vale la pena, hombre que se lo digo yo». Y la pena valió, ¡vaya que si valió!

'La Verdad' anunciaba que «más de quince mil pesetas estaban destinadas a premiar las mejores actuaciones del I Festival del Cante de Las Minas». «Canto porque la sangre me lo manda», explicaba un minero anónimo. En la misma página, un anuncio vendía parcelas electrificadas, con agua corriente y calles asfaltadas, en Cabo Roig, desde 250 pesetas el metro cuadrado.

El 5 de agosto de 1962 falleció Marilyn Monroe -'La verdadera causa de su muerte: Ausencia de respuesta a las ansiedades del alma', titulaba 'La Verdad'. Y añadía la crónica: «Preocupación en muchos yanquis por la moral colectiva»-.

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Canta, minero, canta. Enrique Orozco, ganador de la Lámpara Minera en el II Festival del Cante de Las Minas de La Unión, en 1962.

El 9 de agosto se anunciaba, «con gran esplendor», el pregón de Esteban Bernal Velasco, alcalde de La Unión, y la actuación de Antonio Piñana, primer premio del I Festival. En una entrevista, Piñana -segundo administrativo de la Empresa Nacional Bazán- afirmaba: «La cartagenera no se canta en público porque se teme al fracaso. A pesar de ser un cante liso, sin garganteos y sin 'meter el ruiseñor', es difícil por el peligro de pasarse a la malagueña, con la que tiene muchos puntos en contacto». Piñana recordaba un nombre mítico: Rojo el alpargatero, «que creó en el siglo pasado las mineras inspirándose en los 'jipíos' que daban los mineros de La Unión en las tabernas».

La Lámpara Minera del 62 recae en Enrique Orozco y la Radio Televisión Francesa graba con sus magnetófonos su 'jipío' para darlo a conocer en Hispanoamérica. Al año siguiente, el alcalde se dirige al vecindario para animarle al «adorno y embellecimiento de calles y plazas» coincidiendo con el «magno» III Festival del Cante de Las Minas. Se trata de «presentar estos días una ciudad decorosa y aseada, estuche digno de esta joya que es nuestro Cante». El 23 de agosto del 63 'La Verdad' asegura que los premios para este año ascienden a 127.000 pesetas y recuerda el elenco de primeras figuras que participan en el certamen: Fosforito, Jacinto Almadén, Pepe Moreno, Canalejas de Puerto Real y Juan Gamberro.

El cartel del III Festival -tres guitarras y tres castilletes- se 'asomaba' el domingo 25 de agosto a la primera página de 'La Verdad' y competía con otra noticia: «Cinco mil policías buscan a Di Stéfano en Caracas. Su esposa tranquila: hoy es el cumpleaños de su hijo». Dos noches de lleno total en los jardines Mary, con aforo para 5.000 espectadores. Los premios: Canalejas de Puerto Real, el de mineras -«esperaba el premio porque aprendí la minera de un hermano de don Antonio Grau, el hijo de Rojo el alpargatero»; Fosforito, el de cartageneras -enfadado porque «nadie ha cantado la minera como yo..., la he hecho pura»- y Fregenal, el de tarantas -«me han dado un solo premio y yo esperaba otro, el de cartageneras; pero estoy contento»-. 'La Verdad' reseña que el jurado pidió pureza y que los cantaores se quitaron las 'telarañas' con naranjadas. Y además notificaba que José María Párraga, que andaba por allí -«corría detrás de La Levantina para tomas notas»-, quería editar un libro de dibujos sobre el cante.

Turismo y tipismo

En 1964 'La Verdad' explicaba que «el Festival de Las Minas ha interesado vivamente al turismo extranjero» y añadía: «A los veraneantes extranjeros les ha caído bien eso del cante y la guitarra y ya no sólo se conforman con asistir al festival, sino que también solicitan continuamente un cartel anunciador para llevárselo de recuerdo». El periódico explica que «Carmen Conde, la famosa poetisa nacida en Cartagena, pide información» y que varias emisoras de Barcelona se ocupan del IV Festival del Cante de Las Minas. En el 64 Carmen Conde dice: «El cante tremendo de La Unión se alzará como una hoguera abrasando el corazón de oficiantes y adeptos». 'La Verdad' recoge también que Pepe Marchena ha llamado a La Unión «relicario del cante».

En 1965 el diario anuncia: «Desde el pabellón de la Feria de Nueva York a la calle de la Uva de La Unión». Se trata de Enrique Morente, 23 años, «una de las máximas figuras del cante grande». García Mateos -gran periodista este García Mateos- explica que Morente «era confeccionador de calzado femenino hasta que dejó la profesión por su gran afición al cante». Sobre su presencia en el concurso de cartageneras añade: «El público no comprendió por qué cantaba sentado en una silla, el muchacho tuvo que cambiar y hacerlo de pie; después se nos lamentaba: ¿Acaso no cantaba así Chacón?».

El 21 de agosto, Asensio Sáez reseña la llegada de un ilustre visitante: Camilo José 'de' Cela. Fulgencio Cros, 39 años, siete hijos, gana la V Lámpara Minera, la prensa destaca que «es gigante por dos veces, de los cantes de las minas y de su propia estatura, no inferior a los dos metros». Lo celebrará con un caldero en La Manga y piensa comprarse un tocadiscos.

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En 1966 «crece la expectación y se superan todos los récords». José Luis Masiá escribe: «El minero suele tener una especie de pudor para cantar ante el público. Pero canta en la mina, no es literatura publicitaria». El 30 de agosto sorprende un titular: «El alcalde de La Unión ha perdonado todas las sanciones impuestas estos días por cantar a altas horas de la madrugada».

En el 67 se inscriben 46 concursantes y el espacio de Televisión Española 'Panorama de Actualidad' se interesa por el certamen y manda un «olé por un pueblo sensacional». También las cámaras del 'NO-DO' viajarán a La Unión. Y el propio alcalde, Esteban Bernal, ha grabado un disco con cantes mineros. Narciso Yepes acude a un festival que ganó El Peti, barcelonés que vive en Valencia y presta su servicio militar en Cartagena.

En el convulso 68 se anuncia la aparición de la TV en color y entre los concursantes de La Unión se anuncia un licenciado en Filosofía y Letras. La Manga se publicita como 'Un paraíso entre dos mares sin la serpiente de la muchedumbre'. La Unión comienza a dar importancia a las galas paralelas al concurso (actúa el ballet de Mariemma). Presentan: Pilar Cañada y José Luis Uribarri. Franco juega al golf «sin aparentes muestras de cansancio», recoge 'La Verdad'.

«Pintores músicos, artistas y otros de sus artífices vienen colaborando en sus ocho versiones sin percibir un solo céntimo», explica García Mateos. Miguel Caparrós, de Escombreras, se llevó las 30.000 pesetas de la Lámpara Minera. «El alma del pueblo estaba en la calle», señala la crónica.

Y en La Unión, duende hay que estar, se siguió cantando, se sigue cantando. Aún se puede escuchar:

Malditos sean los dineros

que ganamos en la mina

yo gastármelos prefiero

aunque viva en la ruina

por si de pronto me muero

. Cincuenta años. Mucho pellizco. Medio siglo de quejumbre, de cantes de levante y de minas. Todos los 'monstruos' flamencos han pasado por allí. El Festival de La Unión prepara con celo -y cierto secreto- la efeméride, «será la traca», según asegura el alcalde unionense Francisco Bernabé; pero, ¿cómo comenzó todo? Un lejano y polvoriento 1961. Quizá alguien recordó aquello de

Se está quedando La Unión

como corral sin gallinas.

A unos se los lleva Dios

a otros los matan las minas.

Malo es que se queden los pueblos sin gallinas y sin el cante que cantaron los que penaban en los pozos. Un recorrido a través de las páginas de 'La Verdad' de los primeros pasos del Festival del Cante de las Minas, ahora decano, que acaba de ser galardonado con uno de los premios del Club Internacional de Prensa (CIP) y la Asociación de Corresponsales de Prensa Extranjera (ACPE). El alcalde unionense, Francisco Bernabé, invitó, con motivo de ese premio, «a los ciudadanos del mundo» a acudir este año a La Unión, donde se celebrará «el mayor espectáculo flamenco de la historia». Hoy la Catedral del Cante es uno de esos lugares señeros del mapa mítico del flamenco. Hace cincuenta años estaban a punto de perderse las esencias, la copla grande estaba en 'peligro de extinción'. Un grupo de hombres, amantes del cante y la taranta, la salvaron, la mimaron, la convirtieron en duende dorado. Este año el Festival podría recibir la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes, el flamenco quizá sea declarado por la Unesco Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Los actos conmemorativos del 50 aniversario cuentan con la Presidencia de Honor de Juan Carlos I. Así comenzó todo.

CUATRO VOCES PROTAGONISTAS

FOSFORITO CANTAOR

Desde Cartagena, García Mateos publicaba en 'La Verdad', en 1964, una certera copla:

Vale más un minero

con la ropa de trabajo

que todos los señoritos

calle arriba y calle abajo.

En la misma página se reseña que Anquetil venció a Bahamontes en el velódromo de Cádiz. Bajo el título de 'Aquí, La Unión' se recogían unas encendidas palabras de Fosforito: «Un monumento se merece el pueblo que ha resucitado el interés por el cante».

JUANITO VALDERRAMA CANTAOR

El 15 de agosto de 1965 'La Verdad' anuncia que Juanito Valderrama, «el gran divo del cante flamenco», acudirá a La Unión. Juanito aseguró que «los millones que he ganado los empleo en olivares». El mítico cantaor estuvo especialmente vinculado al Festival del Cante de Las Minas, que le dedicó un homenaje en el año 2000. «Llevar el sombrero me ha ayudado a que no se me escapen las ideas», explicaba.

ANTONIO PIÑANA CANTAOR

Ganador del I premio del I Festival, en el que participaron doce cantaores. Explicaba a 'La Verdad' que «la minera se fue perdiendo poco a poco allá por los años 20. Los que practicaban ese cante iban desapareciendo y nadie se ocupaba de ellos. En 1952 fue cuando vino por Cartagena el hijo de Rojo el alpargatero, don Antonio Grau, que me estuvo explicando el origen de este cante y cómo se cantaba». Y los Piñana siguen cantando y tocando.

ASENSIO SÁEZ ESCRITOR Y PINTOR

Observador ante todo y pintor, escritor y colaborador de 'La Verdad', Asensio Sáez fue uno de los impulsores del Festival de La Unión, quien le homenajeó, junto a Pencho Cros, en 2008. «La cartagenera, brava y retorcida como la hoja de la pitera que bordea la cintura de los montes, es uno de los pilares de nuestro cante minero», escribió en 1961. Se trataba se salvar «uno de nuestros más inestimables tesoros espirituales».

Olisqueado en La Verdad.

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