2652234

Joaquina Sánchez, con un cuadro regalado por sus vecinos congoleños.

Serenidad en el diálogo. Paz interior que transmite en su mensaje. Firmeza ante su proyecto de vida. Energías para continuar trabajando. Son algunas de las cualidades que por naturaleza, por convicción personal y espiritual y por experiencia, tiene la misionera Joaquina Sánchez Vicente. Nacida en Las Torres de Cotillas, su vocación le ha llevado a trabajar por los más débiles. Cumple veinte años de labor en el Congo, donde su congregación ya lleva trabajando medio siglo. Ha venido a descansar a su pueblo natal, y aprovecha para solicitar a vecinos y entidades su ayuda para los más desprotegidos.

-¿En qué labor se centra su congregación en el Congo?

-Allá tenemos colegios, sobre todo para párvulos. Pueden realizar estudios hasta Secundaria. También centros de salud y de formación profesional. Últimamente, y debido a las guerras, hemos tenido que solicitar ayuda humanitaria externa y abrir incluso centros psiquiátricos.

-¿Qué huellas dejan en las personas para que acudan a los centros psiquiátricos?

-Las madres y los niños son quienes más secuelas sufren de las guerras. Los centros psiquiátricos están dirigidos por las Hermanas de la Caridad, situados en nuestros centros de salud. Muchos niños que han nacido en periodos de guerra o en la posguerra sufren epilepsia, enfermedad que anteriormente estaba erradicada. También se dan muchos casos de esquizofrenia y depresiones. Desde el año 1998 hasta ahora, el Congo, y concretamente la zona de Los Grandes Lagos, se ha visto inmersa en tres grandes conflictos bélicos con los países limítrofes con el objetivo de dominar esa zona para la explotación de minerales.

-¿De qué minerales se trata? ¿Qué importancia tienen?

-El oro, la casiterita y sobre todo el coltán. Este último se utiliza sobre todo para realizar los teléfonos móviles y todo lo que supone material informático, pues es muy resistente a los cambios bruscos de temperaturas. Las explotaciones están controladas por el gobierno y su extracción es artesanal. Para sacar de la tierra el coltán utilizan principalmente a los niños y estos deben bajar a pozos muy estrechos hasta catorce metros de profundidad donde brota mucho el agua y lo más común es que el mismo pozo se ciegue con los niños dentro. Muchos murcianos habrán visto la película 'Lágrimas de sangre', pues bien, esas lágrimas son, ni más ni menos, que el coltán que deben extraer los niños.

- ¿Qué supone ser un niño en el Congo?

- Es el dueño de la casa, el que trae los beneficios económicos a la familia con los trabajos que realiza, pues el trabajo no está sistematizado para sus padres. No hay empresas. Ellos son quienes mantienen a la familia. El niño también es utilizado como figura clave para las guerras. Nosotras hemos estado en las aulas y han irrumpido grupos militares, y en base a normativas estatales se los han llevado a todos, a niños de entre 12 y 17 años. De igual manera les han recogido mientras jugaban un partido de fútbol. Y la decisión de marcharse con los militares o no sólo les dejan dos opciones: o irse o que les maten allí mismo. Recuperarlos después, y reconciliarlos con su propia familia ha sido un trabajo muy arduo.

- ¿Qué puede hacer la Región ante esta situación?

- Quiero dar las gracias a los ayuntamientos de Murcia y Las Torres de Cotillas así como a la Comunidad Autónoma por todos los programas de apoyo que han realizado a nuestros proyectos. También a las asociaciones, a los vecinos que han colaborado enviando productos básicos o marchando allí durante un periodo de tiempo para ejercer como voluntarios. Pero aún queda mucho por hacer. Muchas instituciones y asociaciones van y nos apoyan, pero al final sólo la Iglesia y las congregaciones religiosas somos quienes nos quedamos.

Fisgoneado en La Verdad.

This entry was posted on 12/18/2009 and is filed under , , , , , . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.