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Profesionalmente es mercero; o sea, que, heredada de su familia, tiene en Molina de Segura una mercería a la que está dedicado, y con la que, gracias a las ventas diarias, consigue sus medios para vivir. Y lo dice con la mayor satisfacción. También estudió Magisterio, pero cuando terminó, decidió incorporarse al negocio familiar y ahí sigue Paco López Mengual. Esto no impide que haya publicado dos novelas y un libro de relatos.

- Si, como parece, tanto le gusta escribir, ¿por qué permanece con el negocio familiar?

- Porque para mí es más rentable ya que hay que pagar la hipoteca, la carrera de la hija. y la literatura no da ni para merendar.

- Quizá, con el tiempo que ha dedicado a esto, algo más hubiera conseguido.

- Es que me dio por escribir hace siete u ocho años, cuando ya estaba en la frontera de los cuarenta. Posiblemente fue la crisis de la madurez lo que me impulsó. Nunca había sentido la necesidad de escribir, aunque sí llevaba muchas historias, con las que ostentaba que podría salir una buena novela.

-¿Y cómo le surgió la oportunidad definitiva?

-Porque desde mi niñez venía rondándome por la cabeza la historia que cuento en 'El mapa del crimen'. Inicié varios intentos, pero no pude seguir; sin embargo, me llegaron otras historias con las que sí pude y esto me dio alas para seguir.

- ¿Cuántos libros ha escrito hasta ahora?

- Dos novelas. La primera lleva por título 'La memoria del barro'; luego, 'El mapa del crimen', que apareció en la Editora Regional con el título de 'El vuelo del mosca'. Posteriormente la publicó la editorial madrileña Maeba; y 'La mansión de los mutantes', un libro de relatos, que también publicó la Editora Regional.

- ¿Todos versan sobre crímenes o temas parecidos?

- Creo que hay de todo. 'El mapa de un crimen' responde a una historia real que ocurrió en Molina de Segura, por los años cincuenta, cuando un farmacéutico mayor, que iba a casarse con una chica veinte años más joven que él, fue muerto por un hombre que, en secreto, estaba enamorado de la joven. Aquel hombre murió, con la yugular seccionada, sin saber quién lo habían matado, ni por qué.

- ¿Qué cuenta en la otra novela?

- Las historias sobre el busto del Niño Jesús. Todo se debe a que un restaurador fue a la mercería a comprar unas puntillas y me enseñó el busto de Roque López, que pertenecía a una mujer rica de Murcia que quería venderlo porque se estaba quedando sin dinero. Me contó que se trataba de la cabeza de una imagen que había sido destrozada en la Guerra Civil. A partir de esto se va desarrollando el argumento.

- ¿Tiene algo en danza para el futuro?

- Tengo terminada otra novela, también ambientada en la Guerra Civil, con una mezcla de fantasía, porque a la fantasía le doy bastante valor literario. Trata de un pastor que vive una serie de peripecias, a través de un árbol mágico, bajo el que han sido enterradas varias personas que habían sido fusiladas.

- ¿No ha ganado ningún concurso, económicamente bien retribuido, que le anime a entregarse a la literatura?

- Me he presentado a concursos de cuentos. Hay escritores que tienen mucha suerte, pero la suerte no llega a todos, por muy bien que se escriba. Desde hace dos años tengo una agente literaria, que también lo es de Zoe Valdés y Jerónimo Tristante, y todo lo que escribo lo hago en exclusiva para ella.

- Pese a todo, ¿se siente satisfecho con sus escritos?

- Sí, sí. Durante el día soy el tendero de la esquina, que recibe a sus cliente para venderles botones o hilo para bordar en punto de cruz; por la noche, en mi cuarto, enciendo el ordenador y me dedico a escribir mis novelas, algo a lo que tampoco puedo renunciar.

Fisgoneado en La Verdad.

This entry was posted on 12/09/2009 and is filed under , , , , , . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.