Desde hace medio siglo las multinacionales petroleras buscan sin éxito el preciado elemento en la Región.

2698777

Texas, Dubai y Jumilla podrían compartir, aparte de la pasión universal por los buenos vinos, el desenfreno por otra sustancia oscura y que también, en exceso, suele embotar la razón. Se trata del petróleo. Y no es una afirmación exagerada. Desde hace medio siglo, las multinacionales vienen realizando sin éxito prospecciones para hallar tan preciado elemento. Pero insisten. Todo comenzó un 22 de diciembre de 1964 cuando, mientras los vecinos de Fortuna celebraban que les había caído El Gordo, en Cieza recibían al primer equipo de científicos en busca de otro premio multimillonario: el oro negro.

Fue un aficionado a la Geología de Cieza, Andrés Esparza, el que primero descubrió «un inmenso charco negruzco, profundo y fangoso» en el paraje del Cajitán. Así se lo comunicó a un especialista madrileño, en una carta fechada el 14 de julio de 1959. Unas semanas después, un «grupo de personas extrañas», según los lugareños, recorrieron el lugar. La Verdad los siguió de cerca. Y, al poco tiempo, comenzaron las prospecciones. Muchos enloquecieron. Sobre todo, Manuel Lozano, El Alto, sobre cuyas tierras, que en tantas amanecidas labró con sus mulas, se iniciaron las perforaciones. Luego se sabría que a aquella búsqueda de hidrocarburos se la denominó Operación Petróleo en el Sureste y fue coordinada desde la Compañía de Investigaciones y Explotaciones Petrolíferas.

2698786

La carretera de la Venta del Olivo, que conduce a Jumilla, amanecía repleta de grandes camiones verdes y con matrícula extranjera, cargados de dinamita. Los barrenos se colocaban donde los técnicos señalaban, a unos cincuenta metros de profundidad, después de horadar la tierra con las legendarias torres de perforación. El estruendo atronaba la comarca. A cada detonación crecían los anhelos de riqueza de los vecinos del común. De hecho se improvisaron habitaciones, los colmados andaban de bote en bote, y no quedó ni un peón desempleado en todo el Sureste. Parecía la fiebre del oro negro; pero pronto se convertiría en la fiebre del oro blanco.

2698776

Expectantes. Lugareños de Cieza observan la perforación de 1965.

A Manuel Lozano, El Alto, no le preocupaba el petróleo. Aún araba a golpe de bestias. Sin embargo, apenas despuntaba el alba se encaminaba al supuesto yacimiento para ver «como hacen agujericos». Un día sucedió el milagro. Los científicos encontraron una inmensa balsa de agua en el subsuelo. Y luego otra, y otra más. El alcalde fue tajante: «Lo que no podrán hacer los del petróleo, si lo encuentran, es llevarse el agua». Al menos, muchos soñaron con el fin de la histórica sequía que padece la Región. Sin embargo, dos meses después se anunció que el agua descubierta «no es óptima y permanente».

En 1980 se reanudaron las prospecciones, en esta ocasión en Moratalla. Y dos años después, la Compañía General de Geofísica desembarcaba en Librilla provocando un revuelo entre los agricultores, a quienes se prometió indemnizar por los daños causados en sus tierras. En esta ocasión, aparte del petróleo, se investigó la supuesta existencia de gas natural.

2698775

Revolución. La noticia del inicio de las perforaciones fue acogida con gran interés.

La fiebre del oro negro se convirtió en un calenturón llegado el año 1984. Hasta dos compañías anunciaron que volverían a perforar el Altiplano. Una, la British Petroleum, que se estableció en Calasparra. La otra, la Chevron Oil Company, insistía en horadar las mismas tierras de Manuel Lozano, El Alto, en la Cañada del Judío y en Jumilla. Las concesiones estarían vigentes hasta 1989. Tres años antes, Fuente Álamo y la Sierra de Carrascoy se convertían en el nuevo objetivo de las multinacionales. Parecía el último sueño petrolero murciano. Al menos, hasta que el año pasado la firma Invexta Recursos anunció nuevos sondeos en 213.000 hectáreas de terrenos situados en el Altiplano y Albacete. ¿Irá a la tercera la vencida?

Fisgoneado en La Verdad.

This entry was posted on 12/27/2009 and is filed under , , , . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.