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Esther, su hija menor, dice de él que es «el director de orquesta [de la familia], de periódico y de mudanzas varias». Bien lo sabe porque Antonio González-Conejero ha ido, pegado a la tinta y al papel y relacionándose con las galeradas, de Murcia a Cartagena, a Alicante, a Badajoz y de regreso a Murcia, con parada en Madrid en cada una de las etapas. Cuando se incorporó al periodismo era un joven procurador de los tribunales recién acabada la carrera de Derecho, tarea que ha recuperado desde que la cinta de la rotativa posó los pliegos del último de los ejemplares de periódico firmado por él. Hace unos 18 años, transcurridos como minutos, de fajarse con la información en primera línea, de pelear contra el tiempo y de abrir caminos a las, entonces, nuevas formas de ampliar horizontes comunicativos. Ahora, como espectador, opina que el periodismo es igual pero no es lo mismo.

-¿En qué ha cambiado?

-En esencia, el periodismo siempre es el mismo, pero la realización ha cambiado muchísimo y, en general, el poder económico ha ahogado un poco al periodismo.

Internet, prensa gratuita, radio y TV están asfixiando cada vez más la prensa de papel. La encrucijada para los empresarios y sus deseos de rentabilidad (económica o política) se me antoja más difícil que nunca, con indudable repercusión en los profesionales del ramo. El interés económico y el político, cuando no los dos al mismo tiempo, pesan mucho.

-¿Vivió alguna experiencia de este tipo?

-A mí nunca me ha llamado nadie de mi empresa para decirme que tenía que hacer tal o cual campaña.

-¿Y del poder político?

-Del poder político tuve que resistir las lógicas presiones. Pero lo importante es eso, resistirlas, siempre que la información que maneje el periodismo sea cierta y se trate con rigor. Aunque, sí, recuerdo que se me intentó utilizar para una campaña, pero.

-Pero.

-Que me da la risa. Fue un gobernador civil de Badajoz. Me llamó para que el periódico ['Hoy'] protagonizase una campaña de arreglo de la carretera de Madrid. Como no había dinero, él quería captar inversión americana con el argumento de que la carretera Madrid Badajoz, vía Portugal, era muy importante para recibir ayuda, en previsión de que los rusos invadiesen España por los Pirineos.

-¡Leñe!

-[Ríe] Así podrían entrar desde Portugal ayudas [más risas] Es auténtico. Naturalmente, ni caso le hice. Era de aúpa aquel gobernador. Cómo sería que al presidente de la Diputación Provincial lo destituyó porque no le abrió la puerta del coche para que bajara.

[La conversación, salpicada por el cliqueo del objetivo fotográfico de Vicente Vicens, tiene lugar en el salón de su casa de Murcia, a tiro de piedra de su despacho de procurador. Estamos en un salón con mobiliario de corte clásico, donde abundan fotos familiares. Alrededor de una mesa, cuatro sillones cómodos, uno de ellos con orejeras, flanquean el ángulo donde reina el televisor. En diagonal, y junto a una rinconera acristalada, un reloj de péndulo nos campanea las horas, escoltado por un cuadro de Muñoz Barberán que recoge una de las puertas de la catedral de Murcia. Entre vitrinas, dos lámparas de pie sugieren horas de lectura junto a la mesa de camilla que tiene como cubierta más fotos bajo el cristal, familiares todas ellas, de suerte tal que cuando pose la vista para dejar un vaso o para reposar el libro, siempre se tropieza con la imagen de alguno de sus siete hijos o de sus nietos, una amplia prole que, el sino de la madurez, ya no está en la casa paterna donde vive sólo junto a su mujer, Matilde, ambos animosos y ambos dispuestos a morir gastados, porque los dos siguen trabajando.]

-Recuerdo que usted fue 'punta de lanza' del sistema de ediciones de 'La Verdad'.

-Yo colaboraba con Manolo Carles escribiendo sobre deportes. Cuando vino de director Venancio Luis Agudo empezó a mandarme otras cosas. Cuando terminé un especial de Semana Santa (1959) me preguntó que cuánto cobraba y le dije que cero pesetas. A partir de entonces me empezaron a pagar algo y un buen día me dijo que me fuese a Cartagena como delegado del periódico. Ya con sueldo fijo. Ahí empezó todo. Dejé lo de procurador y me dediqué al periodismo.

[De sus comienzos cartageneros recuerda a don Juan Campos de Miguel, «que me trató como un padre», y a Vicente Bonet y Juan Sáez (padre) con los que empezó. Luego, se incorporaron Guillermo, Ricardo Díaz Manresa y, finalmente, Pepe Monerri. Fueron cuatro años muy intensos, pero también gratificantes. Visto el éxito, de nuevo Agudo le encarga que haga lo mismo, pero en Alicante (1963) cuyos comienzos los rememora como «un martirio» por el trato de 'extranjero' que le dieron los colegas de la prensa alicantina. Aunque inmediatamente le satisface el recuerdo del magnífico equipo que logró reunir: Gómez Carrión, Rafael González, García Pintado, José Luis Masiá, Pepe Carreres, a los que define como «gente joven, bien formada y con muchas ganas».]

-Tuvo premio, porque de Alicante pasó a director de 'Hoy' de Badajoz.

-Me recomendó Agudo y me nombró Alberto Martín Artajo (ex ministro de Exteriores) por cierto, uno de las dos personas que más me han impresionado en mi vida. La otra fue Josep Tarradellas. Luego te diré por qué.

-Y por último, profeta en su tierra: director de 'La Verdad'.

-Yo iba a Granada, a dirigir 'Ideal', donde ya tenían el curriculum y la foto para darla en el periódico, pero finalmente me mandaron a Murcia. Fueron los tiempos más difíciles. Mi venida a Murcia coincidió con el declive de la Editorial Católica. El periódico no estaba mal, pero había que enviar recursos a Madrid y se descapitalizaba. Una etapa angustiosa.

-Nunca me he explicado por qué la Editorial Católica, que en el tardofranquismo fue la avanzadilla periodística hacia la democracia, una vez llegada ésta no siguió siéndolo.

-El día que salió 'El País', el consejero de Redacción del 'Ya' dijo: «Esto no dura seis meses». Ya ves. Es decir hubo una falta de visión absoluta en los dirigentes de la editorial. La vinculación de la editorial con la Iglesia, como de la Iglesia con el poder ha sido nefasta. La Iglesia lo está pagando y puede que lo pague más, porque la Iglesia no puede estar al lado del poder constantemente. Esa no es la Iglesia, no debe ser la Iglesia. Así lo veo yo y otra mucha gente.

-Mi reino no es de este mundo, dijo Jesucristo.

-Exactamente. En cambio, desde Constantino para acá, la Iglesia al lado del poder. Pues mire usted, no.

-Lo dice un creyente.

-Sí. Soy creyente, pero cada vez menos practicante porque ciertas cosas te desaniman. ¿Crees en Dios? Hombre, pues contemplar, como ya podemos hacerlo mejor a través de la tecnología, la inmensidad del Universo, es definitivo. Claro que, a partir de ahí, hay muchas preguntas sin respuesta..

-Me debe lo de Martín Artajo y Tarradellas.

-Me impresionaron por su sencillez y por su clarividencia. Son ejemplos de que la política es el arte de lo posible y el arte de configurar la convivencia. Hoy día eso no se da. Ahora te asombras de cosas que están diciendo y haciendo. No veo personas de Estado. En vez de eso tenemos dirigentes y ministros, con juventud impropia de esos puestos, porque no tienen rodaje. Han llegado a la cumbre antes de tiempo. Fruto de esa inexperiencia son algunos disparates que, a mi juicio, están haciendo. Y eso está pasando en el PSOE y en el PP. No me gusta emplear los términos derecha e izquierda, que están desfasados. Ni me gusta el tono que se emplea. En los últimos 10 años, desde el punto de vista de la convivencia hemos ido hacia atrás.

-¿Tendrá solución?

-Sí. Tomándose en serio la educación. Muchos de los problemas que tenemos en España provienen de la falta de educación. En la familia, en la ciudadanía. Hay una cultura del hedonismo que parece no tener freno.

-¿Es una consecuencia de la crisis?

-No. Es anterior a la crisis, aunque ésta lo agudice. Hay que conjugar autoridad y diálogo, como en tu propia casa, porque a veces tendrás que saber mandar y otras saber dialogar. Cuando hablo de autoridad no hablo de tiranía, quede claro, ni estoy pidiendo una dictadura ¿eh? Sino conjugar todos los elementos en el momento apropiado.

-¿Y esa conjugación cabe en un sistema democrático?

-Claro, claro, cabe todo. Ejercer la autoridad cuando sea necesario y dialogar siempre.

[Pasamos a una batería de opiniones sobre temas de actualidad.]

-Sobre la sexualidad.

-La sexualidad es de mandamiento legal. Quiero decir que está inserta en el ser humano porque la ley de la Naturaleza la ha puesto ahí. A partir de ahí pasan dos cosas: que es la fuente absolutamente necesaria para crear vida y que es placentera, porque si no lo fuera no existiría.

-Sobre la reforma de la ley de aborto.

-El aborto es un crimen, lo dibujen como quieran dibujarlo. Pero, claro es que está la otra parte: ¿qué formación sexual ha dado la Iglesia? Todo es pecado. Lo decía bien clarísimo el jesuita Masiá en un artículo reciente en este periódico. Y la Iglesia creo yo que tiene que revisar esos conceptos. Pablo VI ya habló de la paternidad responsable. Además, cada día estoy más sorprendido de que nadie, ni los/las defensoras de la llamada 'igualdad', hayan levantando la voz implicando a los varones. Al menos, un 50% de responsabilidad tendrán en los embarazos, deseados o no. ¿Por qué sólo se apunta a la responsabilidad de la mujer?

-Sobre la igualdad.

-La ley o leyes sobre igualdad son absurdas y huelen tremendamente a demagogia. Lo que hace falta es potenciar desde todos los estamentos no sólo la igualdad de derechos, sino la igualdad de oportunidades, sin distinción de sexos. Los llamados a cualquier gobierno deben ser los más capaces, sean hombres o mujeres. La llamada «paridad» es, a mi juicio, una auténtica 'parida'.

-Sobre la corrupción.

-No es más que la consecuencia y el resultado de una sociedad que ha perdido los valores éticos y también el sentido porque, en demasiados casos, sus miembros han decidido enriquecerse a costa de lo que sea y como sea.

Fisgoneado en La Verdad.

This entry was posted on 12/09/2009 and is filed under , , , , . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.