«Da gusto que se acuerden de ti, y de que se reconozca que te has comportado como un buen muchacho», asegura el artista.

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Como un chiquillo que empieza, Molina Sánchez, a sus noventa años, insistía ayer en su necesidad de volver a pintar, lo único que, de verdad, le ha preocupado durante su ya larga vida. Es lo que siempre dice y en lo que se reafirma: en la pintura, como su amor más preciado, después, claro, del que siempre mantuvo hacia Amparo, su mujer ya perdida.

Se mostraba muy contento por el recién anunciado Premio de las Artes y las Letras. «Estoy muy satisfecho y muy agradecido. Esto siempre sienta bien», afirmaba. ¿Por los 30.000 euros con los que está dotado el galardón el reconocimiento que supone? «Por todo, por todo. Todo sienta bien. El dinero sirve para ir viviendo, y el premio, por eso.., porque sienta bien. Da gusto que se acuerden de ti, y de que se reconozca que te has comportado como un buen muchacho». Al tiempo que insistía en sus agradecimientos, reía como un niño satisfecho, y afirmaba que tampoco se había alterado más de lo necesario, porque durmió bien la siesta, como cada tarde, hasta que le despertaron los integrantes de un equipo de televisión, que se acercaron hasta su domicilio para entrevistarlo en tan solemne ocasión. «Yo agradezco mucho que me hayan premiado, porque lo mismo que lo han hecho conmigo, podrían haber dado el premio a otra persona. Yo no saco conclusiones de ningún tipo. Los miembros del jurado son los que tendrán que dar explicaciones».

Sus ojos maltratados le impiden pintar, pero confiesa: «Estoy deseando que me informen sobre la graduación de la vista. Y en cuanto vea lo suficiente, me pondré a pintar, a trabajar todo lo que pueda». ¿Y qué hace ahora, cómo pasa el tiempo? «Estoy dedicado a pensar. Pienso en mi mujer, a la que ya no tengo, desde hace mucho tiempo. Estos días me encuentro bastante solo, pese a que están junto a mí estas criaturas que me cuidan. Pero noto la falta de Amparo, más en estos días de Navidad. Como no puedo recuperarla... Aminoraría su ausencia pintando. Vamos a ver si lo consigo».

De sus ángeles, tan alabados siempre, y en torno a esas décadas más gloriosas de su pintura, Molina Sánchez afirma que, en su opinión, «el arte, la pintura es algo que no cansa. Siempre habla y dice cosas suficientes, para mantener un diálogo con el espectador. Por tanto, que a uno le interese más la obra de un período u otro es una situación que cambia. Cuando yo exponía cuadros de los años sesenta, todavía era pronto para mostrarlos y captar todo su valor. Es el tiempo el que se encargará de poner cada cosa en su sitio».

La Fundación y 'eso'

Este premio, ¿es una modo de resarcir el maltrato que ha venido sufriendo la Fundación Molina Sánchez, hasta hace poco? «Yo no lo creo así -asegura-. Ahora, disponemos de una sala en el Convento de las Agustinas, que, a mi entender, está muy bien. Habrá que hacer reformas, pero pienso que puede quedar estupendamente. El lugar y la zona donde está, muy cerca del Museo Salzillo y también cerca del Museo de la Ciudad, son un buen sitio, con un fácil acceso. Yo quisiera que la Fundación fuese una realidad cuanto antes. Me gustaría verla en marcha, con las puertas abiertas, antes de, antes de... Bueno, pues eso».

Fisgoneado en La Verdad.

This entry was posted on 12/31/2008 and is filed under , , , , , , . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.