El belén de San Patricio está detrás del altar principal, en una de las capillas. Si no se va exclusivamente a verlo puede pasar desapercibido para el visitante. Una pena teniendo en cuenta el amalgama perfecto que constituyen sus ricas figuras y un montaje de maqueta al modo tradicional.
Un riachuelo de agua recorre parte de la superficie en cuyo extremo se ubica el Palacio de Herodes. En la ladera del lecho aparecen campesinos labrando la tierra y mujeres con cestas de fruta. Junto a la posada, aparecen Jesús y María montada en una burra a la espera de recibir alojamiento. La siguiente escena muestra ya a Jesús Nacido en el portal junto a dos ángeles y arropado por el calor del buey y la mula.
La cueva confeccionada es de grandes dimensiones para dar cobijo a unas figuras más altas de lo habitual. Son muy esculturales y en ellas son perceptibles todos los gestos de la figura humana, al igual que las expresiones de paz y sosiego que transmiten los rostros de la Virgen y su esposo.
Observando minuciosamente se pueden encontrar figuras peculiares como un hombre poniendo una herradura a un animal; un carro de bueyes por los caminos, y por supuesto, a los tres Magos de Oriente camino del portal en busca del recién nacido.
El Nacimiento de San Patricio se incluye dentro de la ruta belenística y se puede visitar todos los días de Navidad en horario de mañana y tarde.
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