Antonio Martínez, conocido como 'El Borrasca', cede al Archivo cientos de vídeos sobre Lorca rodados por él.
Veinticinco años plasmando en vídeo la vida lorquina, los actos de cualquier tipo que tenían lugar, los ambientes urbanos, las fiestas... Una tarea que se echó a la espalda Antonio Martínez Veas, conocido popularmente como Antonio El Borrasca cuando, paradojas de la vida, se jubiló.
Eso ocurrió antes de su segunda jubilación, porque Antonio ha dejado de ser el cronista gráfico oficioso de Lorca hace unos tres años cuando por su edad, en estos momentos acaba de cumplir 89 años, no podía mantener el ritmo de estar presente en todas las actividades públicas que tenían lugar en la ciudad.
El archivo de imágenes que fue acumulando El Borrasca llenaban varias estanterías en lo que todavía se puede considerar el santa santorum de este cámara, repleto de aparatos de televisión y vídeo de todos los tipos, y en el que llevaba a cabo el proceso de clasificar y archivo de todas las imágenes que iba captando.
Cuando Antonio colgó la cámara decidió que ese trabajo desinteresado de un cuarto de siglo no debía quedar en el archivo familiar, sino ofrecer la posibilidad de que sea conocido por la generalidad de los ciudadanos. Y no se le ocurrió mejor solución que ceder graciosamente esas cintas al Archivo Municipal.
Pensado y hecho. La cesión se materializó en junio del año pasado, aunque no se ha hecho pública todavía de forma oficial, porque el material está en proceso de traspaso a un soporte moderno de DVD, tarea que necesitará algunos meses más.
Antonio entregó 930 cintas de vídeo en diversos formatos de Super 8, Beta y VHF, con un total aproximado de 1.860 horas de grabación. Además, para que se pueda hacer la tarea de traspaso a DVD, con las cintas envió los equipos adecuados.
El Borrasca, que tiene a sus espaldas una larga biografía de trabajo, en buena parte ligada al desaparecido regimiento de infantería Mallorca, 13, y a la Tienda del Soldado, que fueron las bases de su actividad comercial, recuerda que en el año 1982, «con algunos de mis hijos dedicados al negocio de la fotografía, les planteé la idea de incorporar a las tradicionales fotos de las bodas, una grabación en vídeo, porque yo le veía futuro».
«Era algo novedoso y les gustaba a los novios, porque me llevaba un televisor y podían ver el reportaje en la misma boda. Claro que eran muy pocos los que tenían reproductores. Cuando pasaron los años y esos aparatos fueron llegando a las casas, venían a pedirme copias de la boda», rememora Antonio.
La lista de contenidos de sus vídeos, que es la historia gráfica de la ciudad, es extensa y ninguna inauguración, festejo, primera piedra, procesión e, incluso, los plenos municipales, escaparon a su objetivo en esos 25 años. «Como no tenía nada que hacer procuraba que no se me escapara ningún acto y, de paso, recogía imágenes de la situación de las calles, pues pensaba que eran un buen documento para la posteridad».
Ahora espera que su gesto sirva para enriquecer los fondos del Archivo y puedan ser en un futuro utilizados por los estudiosos que, sin duda, encontrarán en estas cientos de horas de grabaciones el material adecuado para sus trabajos de investigación.
Y si el periodismo gráfico ha perdido un importante puntal, la familia de Antonio El Borrasca ha ganado un estupendo cocinero, tarea a la que ahora dedica sus horas de jubilado total. Y, aunque no presume de ello, se le escapa que sus nietos, que deben ser sus mejores hinchas, «dicen que hago las mejores pizzas del mundo».
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