Francisco José Hernández y Miguel López participarán este año en el Maratón de las Arenas de Marruecos dando el relevo al primer lorquino que lo corrió, Francisco González, en 2008.
Miguel López y Francisco Hernández.
La ciudad se ha convertido en cuna de corredores del Maratón de las Arenas en Marruecos. Si el año pasado Francisco Javier González se convirtió en el primer lorquino en realizar una de las pruebas de atletismo más duras del mundo, este año le toman el relevo Francisco José Hernández y Miguel López Rodríguez, de 46 y 37 años respectivamente.
El próximo 24 de marzo viajan hasta el desierto y dos días después se enfundarán las zapatillas para estar corriendo durante siete días sin más comida que la que sean capaces de llevar, y con el agua restringida que les proporciona la organización. «Desde siempre he visto esta prueba como un reto. La veía como algo irrealizable, pero cuando vi que Fran la hacía el pasado año me planteé hacerla yo también, aunque es cierto que Fran es muy duro. A ver como nos va. El que se venga Miguel también tiene su explicación. Nosotros solemos correr juntos y comentando la idea se fue calentando hasta que al final se decidió a venir y está muy concienciado. Para él es una aventura extra porque no ha participado en muchas carreras largas», apunta Francisco.
Las etapas que tendrán que cubrir van desde los 20 kilómetros la más corta a los 80 la más larga. Eso con el añadido de tener que llevar la mochila a cuestas entre la molesta arena de las dunas. «Llevamos tiempo entrenando. Hacemos unos 120 kilómetros a la semana y algunos días corremos con la mochila», añade Francisco.
La comida que llevan es liofilizada, o lo que es lo mismo, está preparada de tal forma que pesa menos que la normal y también ocupa menos espacio, ya que todo lo que lleven tendrán que portarlo en cada jornada mientras corren. Cuentan con la ventaja del testimonio de su predecesor lorquino en esta prueba. «Nos da miles de consejos. No para de decirnos que vayamos de menos a más, que nos llevemos un buen aislante porque el descanso es muy importante y que nos llevemos unas zapatillas dos números por encima al nuestro porque allí los pies se dilatan mucho. Nos está ayudando un montón».
La carrera de Francisco y Miguel tiene además un fin benéfico ya que colaboran con la asociación de diabéticos de Lorca. «Íbamos a hacer la prueba de todas formas, pero ya que la hacíamos nos pareció bien tratar de ayudar a alguna asociación. Te ayuda el pensar que estás ayudando cuando llegan los momentos más duros».
La comunicación con la familia no es del todo fácil. Se realiza por teléfono por satélite a razón de cuatro euros el minuto. También se les permite a los corredores enviar un correo electrónico de cincuenta palabras. Además existe la llamada página del corredor en la que sus familiares y amigos pueden enviar mensajes que por la noche son transmitidos a cada participante. «Nuestras familias están preocupadas como es lógico pero apoyan nuestra iniciativa».
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