«¿Que si soy un Indiana Jones de pueblo?. Lo cierto es que me gusta meterme en todos los follones y afrontar los retos más difíciles de lograr».

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Emiliano Hernández es hombre de peso. De peso en sabiduría, paciencia y humor. Pertenece a la primera promoción que la Universidad de Murcia sacó a la calle de arqueólogos, y él se fue para su pueblo, Jumilla, ya con el título bajo el brazo. Es arqueólogo municipal y además dirige el museo de la villa, pero si tiene que llevarle a hacer la vendimia y después pasearle en las carrozas en pleno mes de agosto no tiene problemas. Eso sí, siempre y cuando no le coincidan con los Seminarios Nacionales de Etnografía, pues pertenece al equipo organizador. Ha publicado el libro Palabras de calle, referido al palabrero de Jumilla, y ha sido considerado como Personaje de Lustre por LŽAjuntaera.

- ¿Por qué tiene el nombre de Jerónimo Molina este museo?

-Le llamamos así simplemente en homenaje a su fundador. El se dedicó intensamente a trabajar como arqueólogo; nació en este pueblo y además de ser una persona muy polifacética dedicó prácticamente toda su vida a montar el museo, en el año 1956 abrió sus puertas; y es el tercero que se puso en marcha en la Región de Murcia.

-¿Ha escuchado alguna vez eso de que todo esto son piedras viejas?

- ¡Por supuesto! Lo dicen con frecuencia; e incluso cuando van de visita al mismo yacimiento; ahora que yo les pregunto ¿hay alguna piedra que sea nueva?

- ¿Cuál es el elemento u objeto que más atrae a los visitantes?

- El Pilar-Estela de los Gineta, de Coimbra Barranco Ancho. Se encontró en el año 1981 y es el único monumento funerario de época ibérica; es decir de la primera mitad del siglo IV antes de Cristo y es el único que tiene grabadas las cuatro caras en altorrelieve; es equivalente, por la época y la forma de construcción, a la Dama de Elche. Es el objeto de mayor valor que tenemos.

- ¿Qué es lo más curioso del museo?

- Desde el punto de vista de los materiales más curiosos por su rareza y además por lo bonito que es se encuentra en el mismo suelo y lo pisa la gente, eso es lo que precisamente hace que les llame la atención; y se trata de unos mosaicos de la Villa de los Cipreses, del siglo III después de Cristo. El estar pisando exactamente lo mismo que hace más de dos mil años pisaron los romanos les atrae a los visitantes de forma peculiar.

- Visitas escolares. Viajes programados o el placer de contemplar el pasado del pueblo donde se vive ¿qué es lo que más prima?

- Aquí llegan colegios de toda la Región; y por su ubicación geográfica, también de Albacete y de Alicante. Las visitas programadas también tienen su atractivo. También tengo que señalar que en la planta baja se encuentra el taller del arqueólogo: uno va pisando un suelo de cristal transparente y puede contemplar a sus pies cómo se trabajan las piezas, los materiales que se usan y cómo se reconstruyen las obras.

- ¿Qué hace falta para ser un buen arqueólogo?

- En primer lugar, que te guste el campo, vamos que te guste pisar tierra y montaña haga frío o calor, el tener ganas de aprender con la experiencia y luego ganas también de leer mucho, de investigar. Se dice que todas las comparaciones son odiosas, si bien en arqueología es obligatorio hacer comparaciones con otras investigaciones, otros elementos similares que se hayan encontrado en otro lugar; es decir, hay que comparar para hacer un análisis lo más perfecto posible.

- En muchos lugares me han dicho que usted es como un Indiana Jones, pero no de cine, sino de pueblo ¿por qué?

- [Ríe a carcajadas] No sé de dónde le podrán haber llegado a usted esa información, pero lo cierto es que me gusta meterme en todos los follones, también en las cuestiones más difíciles de lograr, y a veces me paso horas enteras detrás de un tema para llegar a comprenderlo en su totalidad.

Fisgoneado en La Verdad.

This entry was posted on 1/17/2009 and is filed under , , , . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.