Cultura y Tradición a través de Imágenes

Los vecinos de Pozo Estrecho celebran el día de su patrón con el reparto de más de 15.000 pelotas galileas a dos mil visitantes en apenas media hora.

Una taza de plástico para el caldo, una cucharilla para las pelotas, una servilleta y un trozo de pan. Un vaso de vino para acompañar y una naranja de postre. Eso es lo que recibieron todos los que se acercaron ayer para degustar más de 15.000 de las tradicionales pelotas de Pozo Estrecho. Unas son más grandes, otras más pequeñas; unas tienen más sabor a carne, otras, más suaves. Hay quienes utilizan la receta familiar y quienes experimentan. Pero nadie, de los dos mil visitantes que llegaron a Pozo Estrecho, se quedó sin albóndigas en el día de San Fulgencio. Se agotaron en media hora.

Las treinta y tres peñas que se encargan de preparar esta comilona se organizan para que todo salga bien. «Las peñas de los más jóvenes se encargan de montar y desmontar las mesas. Los mayores preparamos las pelotas y las servimos», explica Isabel Inglés, de la peña del club de fútbol Juvenia.

La sociedad cultural lúdico-festiva Campo, Música y Flores, que es la encargada de organizar cada año esta comida, es la que sufraga la mayor parte del gasto de la preparación de las pelotas, repartiendo un total de 200 kilos de picadillo, 200 pollos y 200 docenas de huevos, a lo que cada uno de los noventa cocineros han añadido su toque personal.

«Al picadillo le añado longaniza blanca, un poco de roja, blanco y tocino ibérico. Además, le echo muchos huevos y pan. Eso lo sofrío con dientes de ajo y piñones». De éste modo explica Angelita cómo hace sus albóndigas, la mujer más buscada en el día de ayer, por ser conocida por su receta, la mejor para muchos. «Llevo 42 años haciendo estas albóndigas, con la receta que me enseñó mi madre, y a ella la suya, y así sucesivamente», revela.

Otras vecinas prefieren abrir el armario e ir echando ingredientes. Es el caso de María Martínez, que dice que le gusta jugar con las especias.

De una forma u otra a los visitantes les parecieron buenísimas. «Es el segundo año que venimos y vamos a seguir haciéndolo muchos años más, porque están para chuparse los dedos», comentaban dos matrimonios que llegaron desde Cartagena sólo para probarlas.

Hoy, San Antón

Después de la intensa jornada vivida ayer en Pozo Estrecho, hoy continúan las actividades por otro santo tradicional: San Antonio Abad. En el barrio cartagenero de San Antón esta mañana tendrá lugar la tradicional misa y la posterior bendición de los animales en en la plaza de la iglesia. Eso ocurrirá a mediodía, para dejar paso al tradicional aperitivo del vermú y el pulpo asado.

Por la tarde la fiesta continuará en La Aljorra, con un encuentro de cuadrillas en el Centro Cívico. Serán en total siete, que interpretarán rondallas, parrandas y boleros.

Fisgoneado en La Verdad.