En su libro 'Testimonios de una tragedia', noveno que publica, recoge los relatos de numerosos murcianos que vivieron la contienda.

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Dice que todo lo relacionado con la memoria histórica le interesa, si es real, y no un tema tendencioso o sesgado, porque enriquece, igual que cualquier etapa de nuestra historia. Pero no está de acuerdo en la actuación de determinados personajes. Pascual Fernández Espín se define como «hijo de perdedor», con una niñez de carencias. Es autor de Testimonios de una tragedia, libro que recoge testimonios vivos de perdedores y ganadores en la guerra civil española, nacidos en Murcia y sus pueblos.

- ¿Cómo le dio por escribir este libro?

- La verdad es que soy técnico de Telefónica; durante toda mi vida me ha gustado escribir, y éste es mi noveno libro. Reconozco que lo mío es la literatura, pero llegué a interesarme por la guerra civil española, como un asomo hacia la historia, porque sentía esa inquietud hace muchísimo tiempo.

- Pero, a estas alturas, es un campo agotado.

- No, porque, para saber lo que, de verdad, pasó, hay que meterse en el ajo. No basta con lo que te cuenten, porque cada uno te lo está contando desde su punto de vista. Yo no entiendo que nuestro presidente de Gobierno, o quien sea, pueda explotar la figura de su abuelo, un militar que, en 1934, también luchó, a las órdenes de Franco contra el movimiento de socialistas y anarquista en la cuenca minera de Asturias. Luego, cambiaron las tornas, se mantuvo fiel a la República y como la babarie estaba en los dos lados...

- ¿Cree que tampoco hemos sido capaces de sosegarnos después

- No hemos sido capaces de tenernos un respeto, muy necesario. En el libro aparece un dato en el que, se citan los doscientos y pico de insurrecciones armadas, movimientos, asonadas..., que han existido en poco menos de dos siglos en España. Y es que los españoles somos así.

- Si se trata de un buen trabajo de investigación, su libro habrá merecido alguna recompensa.

- Yo no soy partidario de los premios literarios, porque suelen estar adulterados. Una vez, un poeta amigo me dijo que enviara un libro a un concurso de Albacete, y que pegase dos hojas, para comprobar si las habían abierto y habían leído el libro. Efectivamente, no las llegaron a abrir. Pese a todo, hace unos días, una novela mía quedó finalista en un certamen de León.

- ¿Encontró dificultades para escribir esta obra?

- Algunas, sí. Yo soy de Bullas, donde creo que todavía se respira algo del ambiente de entonces. Lo que yo escuchaba en torno a personas que vivieron la guerra me animó a moverme. Luego, en Madrid, viví con el hijo de quien había muerto en una checa. Yo creía que todo esto era como la literatura, a la que todos los días dedico algo de tiempo. Pero no bastaba con plantarte delante del ordenador. Había que recoger datos, y repasé periódicos de los años de la República. Luego, vía internet, penetré en los archivos de Salamanca, de Ávila, de Guadalajara... Estaba maravillado por lo que encontraba; también encontré información hasta desagradable, porque aparecían familiares míos.

- ¿Le ha llevado mucho tiempo.

- Me he pasado dos años como rata de archivo. Escribí el libro y pude publicarlo a través de una editorial independiente, que está a punto de lanzar la segunda edición. Me ha costado mucho trabajo, porque el problema de los libros de historia no es facilitar el dato, sino verificarlo. La verdad es que he recibido muchas ayudas, quizá porque cogí con ganas el tema.

- ¿A cuántas personas ha entrevistado?

- Hice unas 200 entrevistas. Me quedé con lo más sustancioso de cuanto me dijeron. Muchos de de los entrevistados me contaron su participación en la guerra con todo tipo de fechas y datos. Para esto no me quedaba más remedio que ir de un lado a otro a hablar con ellos.

- ¿Y se ha negado alguien a contar su vida en la guerra?

- Muchas personas. Es el reflejo del miedo. En los centros de la tercera edad se encuentran las últimas personas que vivieron aquella tragedia. Cuando hablas con ellos, te das cuenta de que aún existe el miedo a lo que pasó. Si no te conocen, no quieren saber nada, ni hablar del tema.

Fisgoneado en La Verdad.

This entry was posted on 5/02/2009 and is filed under , , , . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.