agr«La Murcia de regadío sigue siendo una empresa aún por explotar; nunca puede desaparecer, pero sí avanzar con nuevas tecnologías».
Irene Guillén trabajó durante dieciocho años en una cooperativa agraria, y ahora compatibiliza su labor profesional en la Consejería de Agricultura con la presidencia del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos. Ha trabajado con botas camperas recorriendo tierras; su familia ha sido la principal impulsora para que se adentrase en este mundo, especialmente sus padres, Irene y Antonio; así como su tío Francisco Luna.
- Mire, yo tengo un bancal de arbolado, y no sé si cortarlos y convertirlo en campo de golf, a lo mejor me es más rentable.
- Ni mucho menos, Manuel; aquí estamos los ingenieros técnicos agrícolas para ayudarle a sacarle el mejor provecho a su tierra; muchas realizamos unas funciones de interlocutores entre la administración y los propios agricultores para formarles, estudiar cuáles son las plantaciones que mejor salida pueden al mercado, cómo tratar fitosanitariamente sus árboles y al final que usted pueda echarse unos buenos euros al bolsillo, que para eso lo trabaja a lo largo del año.
- Me parece muy bien lo que dice, pero luego la realidad es que me tengo que comer mi propia fruta. ¿Por qué no me da alternativas prácticas?
-Las hay; aunque también lleva usted razón pues mercados que teníamos plenamente consolidados nos los están invadiendo terceros países, hasta el punto de que están reventando el mismo mercado. A lo mejor ahora tenemos que cambiar de chip; escuchar más al consumidor y después actuar de acuerdo a las nuevas necesidades que en nuestro propio país están planteando de acuerdo al nivel de vida que ahora se está imponiendo, pues es cierto que el ama de casa de hace apenas diez años que vivía en casa no es la misma ama de casa de hoy que trabaja fuera y precisa de otros productos, o al menos elaborados de forma diferente.
- ¿Qué sucedería sin los ingenieros técnicos agrícolas?
- Nosotros empezamos a tener sentido en la sociedad a partir de la revolución verde de los años sesenta y setenta, con la aparición de los productos fitosanitarios y, a su vez, nos permitió abrir un camino a los productos agroalimentarios envasados. En este momento había escasez de técnicos que aconsejasen cómo proceder y nuestros profesionales aportaron un gran avance a la agricultura, tanto a nivel primario, en el mismo bancal, como a nivel de tratamiento para la exportación en conservas.
- ¿Dónde trabajáis mejor, en la huerta o en el campo?
- La diferencia que usted establece quizás sea no muy exacta. Murcia tiene una gran riqueza de cultivos de secano en donde el agricultor ha tenido que avanzar con la aplicación de la tecnología como las máquinas vibradoras para la recogida de almendra o la lucha biológica masiva contra ciertas plagas. Cuando hablamos de zona de la huerta no podemos pensar estrictamente en su bancal de El Raal, o en las pavas de La Arboleja o los tomates culones del Esparragal. La Murcia de regadío es hoy por hoy una gran empresa aún por explotar como son los invernaderos, los cultivos protegidos, el riego localizado o las plantas con riego hidropónico. La agricultura en Murcia nunca puede desaparecer, pero sí avanzar en nuevas tecnologías.
- Con toda esta tecnología, ¿me resultaría rentable cultivar flores?
- Lamento decirle que la venta de flores en España no está muy arraigada como es el caso de Inglaterra u Holanda donde las flores son elementos básicos en el hogar, aquí por desgracia donde más enviamos es a los cementerios.
- Ahora estoy dispuesto a hacer productivo mi bancal ¿Qué me aconseja?
- La Comunidad dispone ahora de ayudas para elevar la rentabilidad de la agricultura; también están dirigidas a los sectores de transformación e frutas y hortalizas para realizar cócteles de frutas. O para el abandono de viñedos, de tal manera que se equilibre la producción con la demanda.
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