No salgo de mi asombro al comprobar cómo siguen bendiciéndonos con nuevos reconocimientos y distinciones.

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PIONERA. Elisa Giménez-Girón, Cofrade del Año, junto a la Basílica Santuario de la Vera Cruz.

Elisa Giménez - Girón no puede ocultar su alegría por haber sido nombrada Cofrade del Año por parte de la Junta Representativa de la Cofradía de la Vera Cruz de Caravaca que preside José Luis Castillo Guerrero; pero, al mismo tiempo, se confiesa abrumada por este reconocimiento que, por primera vez, ha recaído en una mujer. Ha ocupado diferentes cargos de responsabilidad dentro de esta institución religiosa, con distintos Hermanos Mayores, y hay muchas personas que la han animado, en más de una ocasión, para que pueda llegar a presidirla algún día no muy lejano. Entusiasmo, cariño y predisposición no le faltarían, ni tampoco amigos y amigas que la ayudarían en ese cometido.

- ¿Cómo se siente al ser la primera mujer que es nombrada cofrade del Año?

- Estoy contenta y abrumada al mismo tiempo. No estoy acostumbrada a recibir premios y cuando me lo comunicó el Hermano Mayor me pareció algo muy grande. En ese momento ya le expresé mi agradecimiento, ya que no quiero pecar de falsa modestia. Me encuentro muy bien con esta distinción y seguiré estando a disposición de la Cofradía como lo he venido haciendo hasta ahora.

- ¿Qué tipo de vinculación tiene con la Cofradía de la Vera Cruz?

- Mi vida está llena de recuerdos ya que mi padre fue Hermano Mayor y eso marca mucho a una familia. A partir de ese momento siempre se está dispuesto a ayudar en todo lo que sea preciso y que tenga que ver con la Cruz. Mi padre aprendió del suyo aunque no fuera hermano mayor y yo aprendí de mi padre. Siempre hemos estado a disposición de lo que la Cruz ha necesitado, atentos a lo que la Cofradía solicita y siempre se ha respetado mucho la figura del Hermano Mayor independientemente de quién haya ostentado el cargo. Mi familia, como muchas otras en Caravaca y fuera de nuestra ciudad, han trabajado por esta institución que últimamente está recibiendo muchas bendiciones que nos siguen asombrando a todos, como la declaración de Basílica, la concesión del Año Jubilar..

- ¿Cómo han recibido en su familia este reconocimiento?

- Con mucha alegría ya que todos hemos aprendido a estar siempre al servicio de la Cruz. Recuerdo ser muy joven, con apenas 18 años, y venir a los cabildos y desde entonces procuro estar presente todos los años. No sólo cuando se presupone que va a ser polémico, sino a todos. En mi grupo de amigos, siendo jóvenes, había mucha inquietud por saber lo que hacía el Hermano Mayor, por las cosas de la Cofradía y esto ha ido configurado nuestra manera de ser. En vez de estar en una peña caballista, aunque me parece algo estupendo, mi padre fue presidente de los Caballos del Vino, siempre he estado más cerca de la Cofradía, he venido a los Quinarios, a las procesiones...

-Ha ejercido dos años como Camarera de la Cruz. ¿Qué recuerdos guarda de esa etapa?

- Guardo muy buenos recuerdos; siendo Camarera se está muy cerca de la Cruz; no voy a decir que más que el Hermano Mayor, pero es la encargada de tener todo a punto: ornamentos, adornos florales, manteles, albas,... cualquier celebración requiere una atención extremada para preparar bien el Castillo. Aunque no sea exactamente así, podríamos decir que como un ama de casa que se preocupa por todos los detalles. Una de las grandes satisfacciones es comprobar cómo a los peregrinos que llegan hasta la Basílica Santuario les llama mucho la atención lo cuidado y limpio que está todo.

-Las juntas representativas de la cofradía son cada vez más numerosas. ¿Por qué?

- Hay mucho trabajo y toda la colaboración es poca. En cada una de las parcelas hay siempre muchas actividades que llevar a cabo, muchas tareas por realizar y muchos actos que preparar.

Ojeado en La Verdad.

This entry was posted on 10/29/2008 and is filed under , , , , , . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.