Archena celebró el Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Accidentes de Tráfico.
Francisco José ha pasado más de un año recuperándose de las lesiones que le produjo un vehículo que no respetó un Stop. Durante su rehabilitación percibió que «la víctima de accidente de tráfico está relegada» y decidió fundar en Archena la Asociación Pro Víctimas de Accidentes de Tráfico (Asprovict). En esa localidad se celebró ayer el día en recuerdo de estos damnificados.
-¿Es necesario dedicar un día al recuerdo de las víctimas de accidentes de tráfico?
-Sí. Por las víctimas en sí y por sus familiares, que necesitan consuelo porque todos los días tienen presente la desesperanza por la ausencia del ser querido. Y en el trasfondo está la lucha por reducir los accidentes y primar la vida en la carretera.
-¿Qué echan en falta las víctimas?
-Una oficina de atención que les oriente, un tratamiento especializado e integral en los hospitales, ayuda psicológica desde el primer momento en que acuden policías y sanitarios a atenderles, una reinserción laboral adaptada, el apoyo social de los medios para que las víctimas cuenten su historia de recuperación y no sólo sus accidentes, y que aumente el baremo de cuantificación de los daños, que es hoy inferior al de hace 15 años.
-¿Existe conciencia del peligro de la carretera?
-Sinceramente creo que no. Creemos que no nos puede pasar nada cuando los accidentes son una verdadera pandemia. Hemos estado en colegios e institutos y parece que tienen que tener cercano el accidente y a la víctima para comprender los riesgos de la carretera.
-Cuando para los jóvenes los accidentes son prácticamente la única causa de mortalidad.
- Y aún así asumen riesgos inexplicables como no llevar abrochado el casco. Por no hablar de las distracciones en las motocicletas, que algunos hasta conducen mientras manejan el móvil, o de la combinación de alcohol, noche y drogas los fines de semana. Es tremendo que las carreteras se traguen las vidas de nuestros jóvenes. Están carentes de educación vial, que debería de ser ya una asignatura en colegios e institutos, y de formación vial. No puede ser que se saquen carnés de conducir exprés, en apenas unos días. Necesitan un mínimo de experiencia de conducción que les dé garantías a ellos, a sus padres y al resto de conductores.
-¿Huir de la carretera no será el único antídoto contra el drama de los accidentes?
-Todo lo contrario. Desde la asociación abogamos por la vida y para que la carretera sirva para el disfrute de las personas, no para que pierdan en ellas su vida. Y nuestras conductas no deben contravenir nuestros interés en llegar al destino y conservar la salud. Para ello se ha de circular con raciocinio y precaución.
-¿Las penas son suficientemente duras?
-Sí, pero no puede ser que se legisle y que la aplicación no sea plena. Han de cumplirse íntegras. Y el responsable debe aprender del hecho cometido para reinsertarse porque volverá a circular. El que siega una vida arrastra con ello por siempre, porque el perdón de la víctima nunca lo va a tener. Por eso es importante que haya contacto entre víctimas y victimarios.
-¿Usted lo ha tenido?
-En absoluto. Lo único que me dijo es no te preocupes que esto lo paga el seguro. Estuvo a punto de acabar con mi vida y dos años después sigue circulando y no le han quitado ni un punto de carné.
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