Creador de juegos de mesa.

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Los poderes de la mente dicen que son infinitos y José Fernández, 'el Apolo', como así le conocen todos en Algezares, es capaz de demostrarlo. Tiene una capacidad de concentración y retención que hace que, lo que parece un simple juego, bautizado y patentado además con su mismo apodo, es en realidad una combinación de dos elementos, que transformados en números pueden llegar al infinito. Su cabeza funciona como un ordenador, para creerlo hay que verlo. Tiene cinco hijos, diez nietos y doce biznietos. Ellos, incluso su esposa, Isabel, se divierten jugando pero no son capaces de comprender los prodigios de su mente. A quien le visita y escucha tranquilamente sus juegos sólo le quedan dos opciones: hacerle preguntas y quedar boquiabierto de sus explicaciones lógicas matemáticas.

-¿Por qué su juego lo tiene patentado con el nombre de 'Apolo'?

-Así se llamó el bar que regenté en este mismo lugar donde vivo ahora, e incluso a la calle, donde se encuentra mi vivienda, le pusieron por nombre Calle Apolo. Por otra parte, y si a mí me conocen también por el apodo del 'Apolo'; no quedaba más remedio que bautizar el juego con el nombre de 'Apolo'. Además, el juego tuvo sus orígenes con el 'Apolo 11', pues fue el primero que hizo viaje de ida y vuelta a la luna.

-Pues vamos a jugar. ¿Cuánta gente sentamos a la mesa?

-La que usted desee para que todo salga a la perfección; mejor dicho, para que toque con seguridad a una de las personas y puedan llevarse el premio y éste no quede 'en el bote'; es decir, entre los cartones que hemos dejado fuera sin entrar a jugar por falta de personal, debe usted sentar a la mesa, o donde pueda, un total de 35.184.372.088.832 personas.

-Pues no está mal el número, sobre todo para la cafetería de enfrente. Pero nada es imposible, ¿Qué lugar buscamos para llevarnos el juego?

-¡Agárrese usted bien los machos! Hay que transportar dos baúles que pesan cien kilogramos pues contienen treinta y dos carpetas con 1.024 folios dobles. En total 32.768 columnas de pegatinas combinando las rojas con las verdes -igual que las bolas que manejaremos en los tres tubos-. Además a cada columna le corresponden 15 casillas lo que supone un total de cuarenta y cinco casillas en cada columna.

-Si quiere que le sea sincero las matemáticas las fui aprobando en los exámenes de repesca, y a veces con la ayuda de chuletas...

-Pues yo no he ido a la escuela, todo lo tengo metido en la cabeza y no tiene usted nada más que llenar cada uno de los tres tubos con las quince bolas que pueden introducirse en cada uno de ellos. Las bolas las puede introducir a su gusto, combinando verdes y rojas. Tras concluir la operación verá cómo le acierto la carpeta, hoja y columna a la que se corresponden cada uno de los tubos.

-Me deja usted boquiabierto. Ha acertado cada una de las combinaciones que forman las bolas en los tres tubos precisamente con tres de las 32.768 comunas de pegatinas que conserva en las carpetas. ¿Podría este juego sustituir la lotería de Navidad?

-Yo sólo sé lo que he realizado, e iré ampliándolo todo lo que pueda pues aún pueden alargarse las columnas y combinaciones de bolas que en realidad en mi mente los traduzco a números, pero no sé si lo cambiarían por el juego de la lotería de Navidad. Esto, mi mente, funciona como un ordenador.

-¿Por cuánto vende la patente de su juego?

-No se lo puedo decir ahora. Me costaría la vida, pues esta es la mayor ilusión que tengo.

Fisgoneado en La Verdad.

This entry was posted on 12/04/2009 and is filed under , , , . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.