La conquista del paladar.
2/13/2009 | Author:

Quince jóvenes aprenden en la Escuela de Hostelería secretos culinarios para celebrar de forma especial San Valentín.

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Un menú exótico y sencillo para la cena del día de los enamorados. Eso es lo que les han enseñado a los quince participantes del curso de cocina de San Valentín, organizado por el Centro de Recursos Juveniles y la Escuela de Hostelería. Entre los alumnos, tan sólo dos hombres con ganas de aprender nuevas formas de cocinar, aficionados con ganas de hacer nuevos platos en casa. «He aprendido bastante. Esta noche yo hago la cena en casa», comenta Carlos Soler.

El cocinero encargado del curso y profesor de la Escuela de Hostelería de Cartagena, Juan Antonio Pellicer, ha conseguido que todos descubran que «aunque parece difícil hacer platos especiales para una ocasión especial, es muy fácil concinarlos».

Por amor a la cocina o por pasar un buen rato, los motivos para apuntarse dependen de cada uno. «Lo vi por casualidad y me sorprendió porque a mi novio le gusta mucho la cocina. Estamos conociendo cosas nuevas, que todo es muy fácil y sólo hace falta tiempo y creatividad», explica Olivia Romero.

«Es la primera vez que se hace este curso y se ha quedado mucha gente fuera. Estamos pensando hacer otro el próximo trimestre, aunque hay uno pendiente que nos piden mucho, de repostería marroquí», advierte el coordinador del programa de tiempo alternativo T-LA, José María Lloret.

Recetas improvisadas

Tortilla de pizza, empanada, brownie, mouse de fresa y donuts son otras de las recetas realizadas en el curso. «Cuando tengo más tiempo con los alumnos me gusta hablar con ellos y ver qué quieren que les enseñe, para después preparar el menú. Pero no hemos tenido mucho tiempo y he ido improvisando algunas cosas», explica el profesor y cocinero.

Para Pellicer, lo imprescindible para aprender a cocinar es que guste la cocina: «Hay que sentirla porque es un arte. Al igual que el pintor sueña con sus cuadros, el cocinero tiene que soñar con sus platos. La cocina es muy dura y hay que dedicarle mucho tiempo».

Para la cena de San Valentín, como para otras comidas, el cocinero recomienda: «No sólo hay que enamorar con los platos, sino que hay que saber llegar al corazón con el sabor».

Fisgoneado en La Verdad.

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