En el voluntariado hay mucho que aprender; estoy sorprendida con las personas que trabajan desinteresadamente.

image

Elia, segunda por la derecha, cocina para recaudar fondos.

«Llegué buscando ayuda para mí y descubrí un mundo nuevo». Así se expresa Elia Espallardo, de 45 años y con seis de experiencia como voluntaria. «En el voluntariado hay mucho que ofrecer y que descubrir, estoy sorprendida con la capacidad de las personas que trabajan desinteresadamente por los demás».

Elia, monitora y ayudante de cocina en un colegio público de Molina, colabora con Afesmo (Asociación de Familiares y Enfermos Mentales de Molina) en los mercadillos que la agrupación organiza a lo largo del año para recaudar fondos.

«Hago churros con chocolate, paella o dulces. Los precios siempre son populares y montamos nuestro expositor en distintos eventos que organizamos. Los mercadillos son una buena publicidad para la asociación. También vendemos ropa o zapatos que los comercios del pueblo nos regalan y hasta he colaborado en visitas a museos o montando pisos de acogida: los voluntarios hacemos de todo», cuenta Elia.

No obstante, aclara que hacen falta más personas en la Región que trabajen de manera altruista para los demás y que, en general, «la población no hace mucho caso a los enfermos mentales: es necesario que la gente se conciencie más con este tipo de personas».

¿Qué es lo más destacable de tu trabajo como voluntaria? «La ilusión que tengo cuando estoy con los enfermos, me siento útil y es muy gratificante ver que hacemos cosas por ellos y se ven más cercanos al mundo».

Fisgoneado en La Verdad.

This entry was posted on 3/19/2009 and is filed under , , , , , . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.