image

Se llama terapia psicocorporal, dice Ana Martínez, 48 años, licenciada en Química y Psicología, para titular la actividad que lleva a cabo con pacientes mentales: «Hablamos y nos concentramos en los sentimientos, las emociones, y gracias a ellos intentamos darle salida a la ansiedad, el estrés, los bloqueos mentales».

Ana imparte Química en el Centro de Adultos de Alcantarilla, pero tiene tiempo «de sobra para compaginar mi profesión con las labores de voluntariado, incluso me organizo también para hacer deporte. La base de mis dos trabajos son las relaciones sociales, así que ya tengo mucho ganado: me desenvuelvo igual de bien dando clases que en el grupo terapéutico».

Con tres años de veteranía en el mundo del voluntariado, «al que llegué gracias a mis estudios de Psicología», Ana destaca «el valor y la entereza que tienen los enfermos mentales para luchar contra la reclusión social que padecen; verles progresar es lo que más me importa de mi trabajo, la satisfacción personal es muy alta y con los enfermos vivo un aprendizaje continuo, me siento útil».

«Nuestro objetivo es que los que sufren lleven una vida más digna y que se les valore como personas y dejen de ser unos marginados sociales», afirma.

Sin embargo, Ana aclara que «hace falta mucho más apoyo, tanto institucional como privado. Somos miles los que nos dedicamos a estas tareas de ayuda, y la gente, en general, está sensibilizada, pero nunca es suficiente. A nivel nacional se han producido una serie de cambios importantes, pero todavía queda mucho camino por recorrer. Los partidos políticos no siempre cumplen lo que prometen, aunque el Ayuntamiento de Molina colabora en lo que puede».

Fisgoneado en La Verdad.

This entry was posted on 3/18/2009 and is filed under , , , , . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.