Echo de menos el sol, el tapeo y sobre todo las sonrisas de la gente.

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María y su marido, José, en una fiesta del centro.

María Marco Rocamora (58 años, nacida en Abanilla) emigró con sus padres a Francia en 1965. No pudo ir al colegio y desde pequeña trabajó en la industria de Villeurbanne (cerca de Lyon), donde ahora vive, para después dedicarse al cuidado de niños, lo que le facilitó criar a sus propios hijos. Como buena abanillera, lleva la Semana Santa en la sangre y además de su trabajo en el Casa Cultural de Murcia, es presidenta de la Mesnada Damas y Caballeros de Santiago. Con ella vuelve cada año a Abanilla para participar en las fiestas de la localidad.

María reconoce que fue a Francia «para estar sólo dos o tres años, pero todavía sigo aquí» y cuando se jubile alternará la residencia entres Murcia y Lyon. «Aunque me tira la tierra, aquí tengo a mis hijas y mis nietos y también hay muchos murcianos», explica. Desde sus primeros años en Francia, la comunidad española, que entonces emigraba en masa por la pobreza del país, fue muy importante en el rico centro y sur galo. «En 1991 creamos la Casa Cultural de Murcia y en 1993 la mesnada de Moros y Cristianos», relata. «Estamos muy bien acogidos porque hay pactos de amistad entre Villeurbanne y Abanilla y muchos intercambios», prosigue, «y también fomentamos la cultura murciana, organizando muchas exposiciones».

De Francia también se queda con la comida, «muy fina y selecta», si bien María sigue haciendo a sus amigos «paella y cocidos, que les gustan mucho». Recomienda a todos los viajeros que se pasen por la Casa de la Cultura y ella les recomendará «las visitas imprescindibles por la región del Ródano, que es muy bonita».

Fisgoneado en La Verdad.

No veas la celebración que hicimos aquí cuando España ganó la Eurocopa de fútbol.

La murciana Carmen Gómez trabaja para Repsol-YPF en una ciudad petrolera de la Patagonia argentina.

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Carmen en la Patagonia.

Lleva ya tres años en una remota ciudad de la Patagonia, al sur del país, «que no tiene nada a 400 kilómetros a la redonda». Comodoro Rivadavia es el nombre de una población que vive únicamente de la explotación petrolífera de Repsol-YPF en la que trabaja Carmen Gómez, de 26 años y natural de Murcia capital. Es licenciada en Física y Máster en Hidrocarburos, y aunque su trabajo es principalmente de oficina, también debe visitar a menudo las zonas de extracción.

«Aquí hay que moverse en avión porque las distancias son enormes», explica. Dos veces al año, en verano y Navidades, el avión le lleva de vuelta a España y puede visitar su añorada Plaza de las Flores, en Murcia. Aunque la comida argentina no tiene nada que envidiar, añade: «Algo que seguro que me voy a traer es la cultura del mate y el asado [la suculenta carne de ternera argentina], tanto uno como otro llevan consigo pasar buenos ratos con los amigos».

En Comodoro viven otros españoles y los lazos con la población argentina son múltiples, ya que «todos tienen un familiar gallego». Eso sí, Carmen tiene claro que volverá a Murcia y está en contacto con la actualidad de España a través de Internet: «No veas cómo celebramos aquí la Copa de Europa».

Fisgoneado en La Verdad.

Creen que estamos locos por la fiesta que tenemos en España.

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Miguel López Sarabia (Alcantarilla, 25 años) lleva menos de un mes en Ulm, al sur de Alemania, muy cerca de los Alpes, pero ya está dispuesto a quedarse en tierras germanas. «Se vive muy bien y hay buenas oportunidades de trabajo». Llegó el pasado 27 de febrero con una beca Leonardo para testear los sistemas informáticos que incluyen los coches BMW, «lo que a veces supone probarlos en la carretera», comenta contento.

Pero no todo son ventajas. «Echo mucho de menos a mis amigos y a mi familia. Con mis amigos tengo una relación especial ya que somos un grupo bastante grande y siempre tenemos plan, así que aquí, con menos compañía, se les extraña bastante», reconoce. Una web-cam e internet son su forma de mantenerse en contacto con España. En cualquier caso ha tenido suerte porque nada más llegar conoció a dos estudiantes murcianas en la universidad de Ulm, «el mundo es un pañuelo».

Afirma que los alemanes tienen muy buen humor, «pese a lo que se suele pensar», y «les sorprende nuestra cultura de fiesta. Me preguntan si estamos locos por las horas de cierre de las discotecas españolas».

Fisgoneado en La Verdad.

This entry was posted on 3/20/2009 and is filed under , , , , , . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.