Los vecinos piden ayuda al Consistorio para que intervenga en la rehabilitación de la fachada del inmueble, protegida en el PGOU.

image

Aspecto actual del edificio Cine Gran Vía, situado en el corazón de Ronda Norte.

Los vecinos del edificio Cine Gran Vía, en Ronda Norte, empiezan a ver la luz al final del túnel. Un túnel de más de cinco años de largo y con oscuridades que, en muchas fases, han alcanzado el calificativo de tenebrosas. Tanto, que la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Murcia aún investiga posibles irregularidades en las obras que acabaron con el sueño de los vecinos del inmueble.

Después de que varios técnicos del Ayuntamiento inspeccionaran visualmente el edificio hace unos meses, la comunidad de propietarios decidió contratar un equipo de abogados para que realizara un informe detallado de la situación estructural del inmueble. Y las conclusiones del informe son, cuanto menos, sorprendentes.

Según Ricardo María López Fernández -el arquitecto que firma el estudio dirigido a establecer las medidas que adoptar previas a la rehabilitación del edificio, encargado por los vecinos-, los puntales que la anterior empresa responsable de la obra colocó -argumentando supuestos daños estructurales- «han ocasionado diferentes daños en las viviendas y se han realizado catas en vigas y pilares que podrían provocar la merma estructural de los pórticos». Asimismo, López Fernández asegura que no encuentra «explicación técnica que justifique el apuntalamiento parcial del edificio», que ha causado los peores daños en la planta primera, según el documento, al que ha accedido La Verdad. «Los puntales se han colocado en zonas que no precisan su utilización y su disposición global carece de lógica y orden alguno», apunta.

Pero el arquitecto va más allá en su informe y subraya que «las grietas del pórtico de la planta baja del edificio ofrecen signos de evidente manipulación, con ensanchamientos superficiales provocados por medios mecánicos».

En lo referente a los daños que tiene la fachada -catalogada con grado de protección 3 por el Plan General de Ordenación Urbana de Murcia-, López Fernández destaca tres: «humedades bajo la cornisa y en algunas zonas puntuales; elementos de acabado en peligro de desplome por las humedades y, en general, por el propio deterioro natural del material de sujeción; y recercos de las ventanas deteriorados con desprendimientos de material en las esquinas».

El clamor de los vecinos

Por su parte, los vecinos se enfrentan a la posibilidad de acabar con el calvario que llevan sufriendo varios años. Un calvario en forma de ruido de máquinas, puntales en cada puerta, grietas y cascotes por doquier. Y, sobre todo, por la cantidad de dinero que han puesto de su bolsillo para acometer derramas. Una tras otra. La última costó la friolera de 300.000 euros.

Ahora, reclaman la ayuda de las autoridades municipales y regionales. Según el presidente de la comunidad de vecinos, Juan Padilla, «una vez resuelto el problema estructural, los vecinos esperan que el Ayuntamiento intervenga en el arreglo de la fachada. Para ello, el edificio obtuvo el año pasado el beneplácito de las autoridades locales para acogerse al plan de financiación que el Instituto de Vivienda y el Ayuntamiento de Murcia otorgan en casos parecidos a éste, como sucedió con doce bloques de Santa María de Gracia o en otros dos de Vistabella.

Fisgoneado en La Verdad.

This entry was posted on 3/22/2009 and is filed under , , , , . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.