El artista muestra en La Nave de Puente Tocinos su última exposición con obras que son «experiencias que he vivido o soñado».

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Víctor Javier Martínez es ante todo amistad. Lo mejor de su casa-estudio lo pone a disposición para que uno se sienta lo más cómodo para entrevistarle; y al final te obsequia con lo que tiene: «Si en algún momento desea usted cualquier cosa o simplemente saludar, la puerta está abierta». Sencillez, sentimientos internos que muestra con toda franqueza; incluso relatos de sus espectaculares sueños. Las fatigas del día a día que, en una mezcla armoniosa de colores y formas, las transmite con la pintura. En el Centro Municipal La Nave, de Puente Tocinos, hasta el próximo día 10 puede visitarse su última exposición.

- Si no le importa, empecemos por usted. Me llama la atención que a sus 29 años, en esta exposición muestre ya su autorretrato, y además lo realice en óleo sobre tabla y con unas dimensiones de ciento sesenta por noventa y cinco centímetros. ¿Cómo se ve a sí mismo?

- Es el pasado y el presente de mi persona; por ejemplo antes llevaba el pelo bastante largo y al iniciar el trabajo se produjo un cambio radical. El autorretrato es el momento de mostrar al público que tras un extenso periodo de maduración, ya he considerado que puedo mostrar mis trabajos a los demás. Creo que he conseguido ese mínimo nivel, aunque lógicamente debo seguir avanzando; por ello el cuadro no se titula sólo: Autorretrato, sino que le sigue otra afirmación: Artista brotando.

-¿Quién lo establece y en qué se basa para valorar que ha alcanzado ese nivel pictórico para salir a la calle?

-Es un nivel personal. Un reto que te has establecido a ti mismo y que crees haberlo alcanzado. En mi caso concreto lo he establecido en el equilibrio entre un nivel intelectual y la perfección de la técnica. Los veo y me gustan. Tu propia obra es valorada suficientemente por ti mismo.

-Sí, pero todos los grandes artistas han tenido su evolución. ¿Usted se sale de la norma?

-No, pero tengo mi propio estilo; hay cuadros de otros autores que se basan en el color y si usted ha observado los cinco últimos premios de concursos regionales se ha valorado la creatividad y el color. Pero yo creo que además un cuadro debe ser funcional, bello y también transmitir un mensaje, pues quien lo adquiera le debe decir algo concreto, y a su vez embellecer su domicilio.

-¿Qué mensajes transmite?

-Depende de cada cuadro. Cada uno es una historia que tiene su principio y final en sí misma. Son experiencias que he vivido o soñado y las idealizo o las embellezco al máximo. Por eso mis cuadros tienen una gran carga onírica, es la expresión de la misma vida pero más bella.

-Pinta su mundo onírico. ¿En qué sueña?

-Yo sueño siempre, y además muy intensamente, incluso a veces se mezclan varias historias a la vez; lo que más me ha extrañado en algunas ocasiones ha sido cuando he tenido un sueño, de pronto se ha producido como un lapsus y después he continuado con la misma historia en el sueño; vamos como si estuviese viendo una película en la tele cargada de anuncios. En ocasiones mis sueños son tan largos que pasan de una noche a la noche siguiente.

- Observo que casi siempre aparece en sus obras por algún lado una mano, o las dos; así como la figura de la mujer ¿Qué significan?

-Depende del lugar donde estén situadas las manos y la composición general del cuadro; pero una mano abierta para mí expresa libertad; si está cerrada comunica opresión y si está entreabierta es porque desea llegar a una meta, conseguir algo. La mujer expresión de la belleza, es el símbolo de la vida. En cualquier caso mi pintura la clasifico como neo-surrealista.

-También pinta mucho el mar.

-El mar es la mayor expresión de la libertad. ¿Ha visto usted alguna vez su final? ¿Lo ha podido atrapar con las manos? El mar es libre.

Fisgoneado en La Verdad.

This entry was posted on 1/03/2009 and is filed under , , , , . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.