La capilla ardiente del autor, que fue nombrado Cartagenero del Año 2007, quedará instalada desde el medio día en el tanatorio Estavesa, en el paseo Alfonso XIII.
Ramón García, con su cámara en su domicilio.
El conocido fotógrafo cartagenero Ramíon García Pérez ha muerto esta mañana a los 92 años de edad en el hospital de Los Pinos, en su ciudad natal, según fuentes familiares.
Autor de un enorme archivo personal que recoge gran parte de los momentos más importantes de la historia política, social y cultural de Cartagena del siglo XX, todavía tuvo tiempo hace unos días de ceder este patrimonio a sus conciudadanos a través del Ayuntamiento.
Ramón García, ante un mural con su imagen realizado por el artista JR con motivo de La Mar de Músicas en el 2008.
García, cuyo capilla ardiente quedará instalada desde el medio día en el tanatorio Estavesa (paseo Alfonso XIII) fue nombrado cartagenero del año 2007 y recogió este galardón de manos de la alcaldesa Pilar Barreiro.
Nació en el seno de una familia ligada a la cinematografía en 1917, ya que los hermanos García fueron los primeros en llevar al cine a Cartagena en el año 1897. Aunque profesionalmente se formó como orfebre en una platería ubicada en el callejón de la calle de San Francisco, pudo más su afición a la fotografía en la que se inició a los 15 años de edad. Desde entonces se le puede ver con su cámara retratando todos los acontecimientos de relevancia en la ciudad.
PERMITIRME QUE CUELGUE ESTOS COMENTARIOS DE RESPETO HACIA UN ILUSTRE CARTAGENERO QUE NOS HA DEJADO.
Manuel Buitrago
Tuve la suerte de conocer y tratar a Ramón García a lo largo de varios años en Cartagena, y después intermitentemente. Era un tío íntegro, incansable, afable y con un buen pensamiento siempre a mano. Siempre con su cámara en ristre. Llevaba a Cartagena en las venas y era respetado y querido por todo el mundo sin excepción. Ramón, hasta siempre. Manuel B.
El observador
Un personaje histórico de Cartagena, un cartagenero de los pies a la cabeza, que se mereció y se merece ahora también, el homenaje, el reconocimiento y el recuerdo de nuestra ciudad. Descanse en paz Maestro, porque esta próxima Semana Santa va a ser muy distinta sin su emblemática estampa haciendo fotos con esa cámara única y genial que siempre portaba al cuello. Ojalá alguien esté a la altura de dedicarle para el recuerdo de todos los cartageneros, una calle en su (y nuestra) ciudad. Desde luego se lo merece más que otros, que con su nombre ocupan plazas y calles inmerecidas.
In Momoriam
Cuando un viejo fotógrafo muere, la luz se queda silenciosa y los pinceles adormecidos, porque ambos elementos en fotografía son la misma cosa. Muere un hombre que estuvo en cada momento inmortalizando secuencias de la vida real que quedaqrán como un testimonio humano e histórico de primer orden. El vivió los momentos heróicos de la fotografía, cuando eran necesarios los conocimientos y el saber de la persona humana, por encima de la máquina, para "pintar" con la luz todo aquello que brotaba a su alrededor y dejar un fiel testimonio postrero. Pero toda esa poesía de la imagen está muriendo lentamente. La masificación del sistema digital está banalizando una profesión y una actividad que requería del conocimiento. Hoy solo botones y programas son suficientes para captar imágenes de calidad más que discutible. Ramón, viejo maestro, artista de la luz, seguirás plasmando tu obra en un lugar donde aún es posible emocionarse ante las luces de un arrebol y saber captarlas con toda su riqueza de matices. Descansa en paz.
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