Artesanos del tiempo.
9/16/2009 | Author:

Torrevieja ve cómo el paso del tiempo y la falta de interés de los más jóvenes han puesto en peligro una de las actividades más populares y tradicionales del último medio siglo.

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Un ingrediente tan imprescindible para la comida y la vida como lo es la sal, también puede utilizarse para realizar obras de arte como las que Manuel Sala Campos lleva haciendo desde hace casi 50 años. Madera, tela, agua salada y empeño es lo que hace falta para realizar estas figuras que son el elemento representativo de Torrevieja. Una tradición tan arraigada que necesita de gente joven para que no caiga en el olvido.

ANTONIO TRIVES Este torrevejense jubilado comenzó a trabajar con 15 años en Las Salinas de Torrevieja. Desde entonces, y ya va casi medio siglo, no ha dejado de hacer artesanía salinera. Concretamente, pequeños barcos cuajados en sal.

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La materia prima utilizada es la madera, PVC (plástico), tela, hilo y, cómo no, sal. Para realizar este tipo de barcos en miniatura, Manuel Sala, en primer lugar, recoge madera para hacer la base de la embarcación. También ata y perfila los mástiles para, seguidamente, forrar con tela todos los elementos que dan forma al barco. Con hilo se ultiman los detalles de las velas. Cuesta creer que esta estructura forrada en tela se transforme en una brillante y llamativa embarcación de sal.

Este artesano es un ejemplo de las pocas personas que ya van quedando y que dedican su tiempo libre a realizar este tipo de artesanía tan arraigada en Torrevieja. Manuel Sala, cada vez que tiene un rato libre y como forma de entretenimiento, se sienta en su silla, junto a la luz del patio. Allí, en su mesa de trabajo, tiene todo lo necesario para ponerse manos a la obra.

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Una vez que la estructura queda forrada, sólo hay que dejar trabajar a la naturaleza. Es el momento de introducir las embarcaciones en Las Salinas para de este modo comenzar el proceso de cuajar la sal. La experiencia de los artesanos le indican el momento exacto de extracción del barco. Tras sacarlo del agua se expone al sol para su secado. Según Manuel Sala, el peor enemigo de este tipo de artesanía es el polvo y la humedad, aunque "si se mancha de tierra, no hay forma de quitársela".

Pero no sólo se encarga de hacer el arte, sino también de resguardarlo. Es decir, este artesano también construye la propia vitrina que acoge dicha artesanía. Una tradición que, poco a poco se va perdiendo, y que sólo mantienen los más veteranos del lugar, y algunos alumnos de la Escuela de Artesanía Salinera. Sala y algunos artesanos torrevejenses consiguen sacarle su mayor belleza a través de estos característicos barcos aunque, por desgracia, cada vez quedan menos.

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