La bajada en la demanda de flores por la crisis ha llevado a este comerciante a poner a la venta sus piezas escultóricas realizadas con hierro de desechos.

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A Julio Ros Pina todo el mundo le conoce como el hijo de Concha, ya que desde niño siempre ha estado junto a su madre en el puesto que poseen en la conocidísima plaza de las Flores de Murcia, en pleno centro de la capital. En la actualidad, junto a las flores cortadas y macetas, Ros Pina expone una serie de esculturas en hierro muy originales, que constituyen su personal obra de arte. Inspiradas en sus arreglos florales, constituyen la expresión más íntima de su personalidad, de su deseo de inmortalizar la belleza de las flores en una materia más consistente que la etérea textura vegetal.

-¿Cuándo se inició en el negocio de las flores cortadas?

- Se puede decir que nací entre ellas, porque mi madre instaló su puesto en la plaza de las Flores en el año cuarenta y aquí seguimos. Ella tiene ya 98 años pero todavía recuerda cuando ibamos a los huertos del Malecón a cortar clavellinas, y rosas, a recoger magnolias o a por jazmines. Yo era un niño y le llevaba los cestos. Aquellos aromas de las flores murcianas ya se han perdido.

- ¿Cómo es que ahora hace también esculturas de hierro, aparte de sus arreglos florales?

- Empecé hace unos quince años, debido a una enfermedad. No podía salir a la calle y tenía que pasarme los días en el almacén que tenemos en casa. Allí para distraerme se me ocurrió unir piezas de hierro de desechos para formar composiciones que recuerdan en cierto modo a los ramos de flores que habitualmente hacía, pero para mí empezaron a ser mucho más importantes, porque no se marchitaban. Me gusta que permanezcan impasibles a través del tiempo.

-¿Por qué ahora ha decidido poner a la venta sus esculturas?

- Por la crisis. Ahora apenas se venden flores. Nos vamos salvando con los nacimientos y bodas, con las fechas señaladas como el día de la Madre o festividades importantes. Antes las amas de casa solían comprar flores al volver de la plaza, con los que les había sobrado de la comida se llevaban algunas flores para adornar la casa. Actualmente sólo compran los hispanos, rusos y ucranianos, ellos mantienen la costumbre de comprar flores, aunque sean piezas sueltas, pero eso sí, siempre impares.

- ¿Conoce el motivo por el que los emigrantes compran flores en número impar?

- Sí, según me han dicho para regalo tienen que ser flores impares. En número par son para los muertos. Por eso suelen comprar una, tres o cinco claveles u otra variedad de flor para sus casas o para obsequiarlas a alguien. Pero eso no levanta el negocio.

- ¿Cómo consigue las piezas de hierro para sus esculturas?

- Es difícil. Antes me las traía mi amigo Antonio El Chichones, pero desde que se murió ya no tengo tanta materia prima como antes.

- ¿La gente se para a ver sus esculturas?

- Sí. La verdad es que gustan, pero luego no se deciden a comprarlas. Cuando pude venderlas no lo hice porque me daba pena, no quería desprenderme de ninguna de ellas, las consideraba algo muy personal, por eso, aunque he realizado dos exposiciones y tuve propuestas de compra, nunca accedí. Ahora, con la crisis, estoy dispuesto a desprenderme de ellas.

Fisgoneado en La Verdad.

This entry was posted on 9/29/2009 and is filed under , , , , . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.