En el paraje del Cigarralejo de Mula se llegaron a excavar un total de 547 sepulturas de la necrópolis ibérica afincada en el lugar.

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Charlar con Virginia Page es enamorarse de la arqueología y, concretamente de la cultura ibérica. Trabajó durante diez años mano a mano junto a Emeterio Cuadrado, ingeniero de caminos y puertos que quiso que en Mula, lugar donde localizó y dirigió durante cuarenta años las excavaciones de la necrópolis íbera, se instalara un museo. Destaca en Virginia su saber profesional como arqueóloga, restauradora y especialista en arte ibérico.

- ¿Qué tiene de especial el museo del Cigarralejo?

- Es un museo monográfico. Está totalmente centrado en el mundo ibérico y cualquier especialista del mundo que investigue o esté relacionado con esta etapa de la historia del hombre, necesariamente tiene que venir a Mula.

- Por lo que se puede ver el museo gira en torno al ritual funerario...

- Ha sido el punto de partida o donde más se centró la excavación arqueológica que llevó a cabo Emeterio Cuadrado. Se llegaron a excavar un total de quinientas cuarenta y siete sepulturas de la necrópolis ibérica situada en un paraje de Mula denominado El Cigarralejo. La cultura ibérica cremaba los restos mortales del difunto en una pira de leña al aire libre y las cenizas las introducían en una urna que, a su vez, depositaban en una fosa del suelo construida de forma oval aproximadamente a medio metro de profundidad. Junto a las cenizas situaban las pertenencias, que en vida tuvo el difunto: de uso personal, de adorno como joyería e incluso la vajilla doméstica.

- ¿Ya usaban vajilla los ibéricos?

- Por supuesto. Los íberos, lejos de la idea que se nos ha transmitido de que eran prácticamente salvajes, aunque sí muy organizados para guerrear pues fueron utilizados como sicarios por romanos y griegos, fue una cultura muy evolucionada. Su vajilla era exactamente igual a la que utilizamos actualmente: fuentes, platos individuales y de diferentes tamaños según el tipo de servicio, pequeños platos, jarras y vasos. Tenga en cuenta que su cerámica la estamos situando en el siglo IV antes de la era cristiana.

- Bueno, hablar de joyería en el mundo íbero, con los guerreros que eran sí que es una pasada…

- Todo lo contrario. Las joyas se encontraron principalmente en las tumbas de los hombres guerreros. Los hombres se colgaban amuletos, incluso se perforaban las orejas y se ponían pendientes de oro, por lo que los piercings actuales no son absolutamente nada de modernos. En cuanto a joyería abundaba más la plata y el bronce que el oro y no había diferencias en su utilización en hombres o mujeres. Es más, los guerreros eran muy coquetos y presumidos pues prácticamente en todas sus tumbas se han encontrado materiales para depilarse por tanto el ir ahora con piernas varoniles sin un pelo o pecho en blanco no es ninguna novedad, pues estos enterramientos datan entre los siglos IV y I antes de Cristo.

Fisgoneado en La Verdad.

This entry was posted on 9/22/2009 and is filed under , , , , . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.