El teólogo presenta un libro-carpeta de arte con los pirograbados que el artista murciano realizó para la parroquia de los capuchinos de Murcia.

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Mario Mesa es un portento. Lo muestra físicamente y lo supera mentalmente. Estudió Filosofía en Murcia y continuo estudios en Roma y en el Centro de Estudios Internacionales de la Fundación Ortega y Gasset. Compartió pupitre con el políglota padre Isidoro Rodríguez Herrera, de El Raal. Tuvo de profesor de arte a un alumno de Heidegger y en arqueología cristiana a Kinskbanm. Le destinaron a Murcia dieciocho años, como docente y con el fin primordial de construir la iglesia que se levanta en plena Redonda de la capital murciana. Actualmente su lugar de trabajo, como decano de estudios, está en la Universidad Internacional de Puerto Rico. Acaba de pasar unos días por Murcia para presentar un libro- carpeta de arte, Párraga, el grabador de más fuego. Una joya pictórica y literaria.

- ¿Cuántas láminas contiene el libro- carpeta Párraga. El grabador de más fuego (Pynoraxitós)?

- Todas las láminas son reproducciones de pirograbados, excepto un fresco que también se reproduce en una de las láminas y que se encuentra en el colegio donde Párraga pintó una alegoría de la educación que transmitimos los hermanos capuchinos: en ámbitos urbanos y en ámbitos indígenas. Llama la atención el dibujo alegórico de un nativo ameníndio Es un personaje con plumajes coloristas a la cabeza. El cuadro, de 190 x 335 cm. se titula Alegoría de Educación y Evangelio.

- Me decía que en total el libro- carpeta contiene.

- Una colección de nueve pirograbados coloreados, característica única en estos trabajos de Párraga, pues normalmente no los coloreaba. El libro-carpeta reproduce también un cuadro situado junto al sagrario que es también un pirograbado coloreado de 40 x 50 cm. titulado Ansiando tu nombre y tu recuerdo.

- ¿Cuántos pirograbados dedicó a San Francisco de Asís, patrón de la parroquia?

- Cuatro de grandes dimensiones, de 190 x 245 cm. Y otros cuatro, de temática mariana, pues el templo tiene también por patrona a Nuestra Señora de los Buenos Libros.

- ¿Observo una curiosidad en esta lámina. Todos los personajes llevan la aureola de santidad, excepto uno, ¿acaso le faltaba poco para llegar a ser beatificado cuando lo grabó?

- Ni mucho menos. Es también un cuadro pirograbado de 250 x 100 titulado Virgen con ángeles y santos. Me dibujó a mí, siguiendo la tradición de pintores medievales y renacentistas de situar junto a los santos, pero en el limbo, sin aureola, al maestro que encargaba la obra, si consideraba el autor que había sido bien tratado para hacer su trabajo. Y ahí estoy, varios años más joven y sin estas canas. Es una singularidad pictórica propia de otras épocas que se permitía el autor dejando para la posteridad a su protector. Aquí la traslada a finales del siglo XX.

- ¿Por qué eligió usted a Párraga?

- El padre general de la Orden Franciscana me envió para realizar un templo. Llegué a Murcia en los años 70, y entre 1973 al año 1980 se realizaron las obras. Elegí a los mejores profesionales de la época. El templo lo diseñó el arquitecto Eugenio Bañón. En cuanto a artistas elegí a Pedro Borja que realizó un retablo de cerámica, único en España, así como las vidrieras. También a González Moreno y a Párraga.

- Pero parece que con Párraga el trabajo fue más intenso pues de él se encuentran más obras.

- Lo elegí para que hiciese como una catequesis plasmada en pirograbados, siguiendo el estilo del medioevo. Párraga fue muy especial, pues a los artistas por lo normal no les gusta que les marquen muchas pautas. Él era humilde y realmente un franciscano. Por mi parte le transmitía el mensaje y a los pocos días me venía con unos cartones con lo que le había dicho plasmado en dibujos. Él no era un bohemio de noches locas, todo lo contrario, un riguroso trabajador. Si se retrasaba era por sus deseos de agraciar y atender todos las peticiones, y quizás algunas aprovechándose de su bondad. Para resolver la situación le monté un taller en el coro de la iglesia y le decía que era un serafín del templo pero que se había equivocado de galaxia. Nunca faltó nuestro buen almuerzo, y de vez en cuando nos tomábamos un aguardiente.

Fisgoneado en La Verdad.

This entry was posted on 9/02/2009 and is filed under , , , , . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.