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El poeta José Antonio Muñoz Rojas, que el próximo 9 de octubre hubiera cumplido cien años, ha fallecido la pasada noche en Antequera (Málaga). Hijo Predilecto de Andalucía, cuenta con la Medalla de Oro de la ciudad de Antequera y la Medalla de Honor de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo.

Nacido en Antequera, Málaga, España, el 9 de octubre de 1909, estudió en el colegio El Palo de los Padres Jesuitas de Málaga y continuó sus estudios en Madrid, donde se licenció en Derecho. Realizó sin éxito oposiciones al cuerpo diplomático, y fue lector de Literatura Española en la Universidad de Cambridge, donde realizó la tesis sobre Literatura Comparada.

Regresó a España en 1947 y a comienzos de los años cincuenta se trasladó a Madrid, residiendo desde entonces entre la capital de España y su pueblo natal. En Madrid se hizo cargo de la Sociedad de Estudios y Publicaciones del Banco Urquijo, y compatibilizó esa actividad con la literatura.

Perteneciente al grupo de poetas neorrenacentistas, José Antonio Muñoz Rojas fue fundador, junto a José Antonio Maravall, Leopoldo Panero y José R. Santeiro, de la Nueva Revista, al tiempo que mantuvo contactos con varios poetas de la Generación del 27.

La importancia de la palabra

Junto a Vicente Aleixandre, Ridruejo, Rosales, etc, participó en la revista Escorial, así como en Cántico y El Correo Literario, esta última fundada por Leopoldo Panero. Su obra poética comienza en 1929 con Versos del retorno y continúa con el poemario Ardiente jinete, con el que en 1934 obtuvo el tercer premio del Certamen Nacional de Literatura.

El canto de lo cotidiano, la importancia de la palabra poética y la expresión de lo auténtico es lo que caracteriza su obra a partir de 1939. De 1942 son sus Sonetos de amor por un autor indiferente, poemario al que siguieron: Abril del alma, 1943; Cantos a Rosa, 1955; Lugares del corazón en nueve sonetos que lo celebran, 1962; Antequera, norte de mi pluma y Salmo, de 1970.

Autor también de obras en prosa, destacan: Historias de familia, 1945; Las cosas del campo, 1953 y Las musarañas, de 1957, entre otras. En 1979 publicó Cuentos surrealistas, un compendio de 13 relatos, y de 1989 es el volumen Poesía 1929-1980, una recopilación de todo su trabajo lírico que inauguró la colección Ciudad del Paraíso. Amigos y maestros, de 1992; Dejado ir: estancias y viajes, 1995; y Ensayos anglo-andaluces, de 1996 son otras obras del escritor malagueño.

Traductor y estudioso de poetas ingleses, es también autor de varios libros de derecho, de viajes y de memorias. De 1994 es el relato autobiográfico La gran musaraña: Memorias y de 1997 el poemario Objetos perdidos, con el que puso fin a la trilogía compuesta por Ardiente Jinete (1934) y Cantos a Rosa (1955), y con el que el 11 de noviembre de 1998 fue galardonado con el Premio Nacional de Poesía, por el Ministerio de Cultura.

El centenario de su nacimiento

En febrero de 2002 publicó Entre otros olvidos, un poemario en el que el escritor malagueño recoge los textos escritos en los últimos tiempos. Ese año, el 28 de mayo, fue galardonado con el premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana por el conjunto de su obra y en marzo de 2007 fue distinguido en la decimotercera edición de los Premios Andalucía de la Crítica por la obra El comendador.

En 2009, fecha de la celebración del centenario del nacimiento del escritor, la Junta de Andalucía declaró al poeta malagueño Autor del Año, junto a Antonio Machado. Ha participado en conferencias y en mesas redondas sobre literatura y ha formado parte de numerosos jurados literarios.

Este año, con motivo de la celebración del centenario de su nacimiento, la Junta de Andalucía lo ha declarado Autor del Año, junto a Antonio Machado. Precisamente con este motivo se han organizado varios actos que culminarán con un congreso internacional en el que se debatirá la aportación del poeta a la literatura española, cuya inauguración estaba prevista para el próximo 8 de octubre, víspera del cumpleaños del escritor.

Aguardaba la muerte

El escritor Juan Benítez, coordinador de las actividades del centenario de Muñoz Rojas y amigo personal del fallecido, ha señalado que el poeta se había negado en los últimos días a ingerir alimentos sólidos y estaba convencido de que se iba a producir en breve su fallecimiento.

Según ha relatado, hace diez días fue a verlo para ver cómo estaba y éste le dijo: "Aquí, esperando", y cuando le preguntó: ¿Esperando el qué?, Muñoz Rojas le contestó: "La muerte".

"No tenía ningún problema físico, simplemente, estaba harto de vivir", ha comentado Benítez, quien ha añadido que "Antequera ha perdido a la mayor personalidad de las letras que ha tenido nunca".

Desde el pasado viernes se había producido un empeoramiento de su estado de salud, ya que solamente ingería líquidos, y a pesar de su extrema delgadez, el poeta mantuvo una gran lucidez mental hasta el último momento, según Benítez.

Fisgoneado en La Verdad.

This entry was posted on 9/29/2009 and is filed under , , , , . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.